La economía es ideología
En una de las últimas emisiones del programa «La Clave» Claudio Boada compartió el panel con -entre otros- dos destacados economistas españoles. Estos últimos, en el terreno empírico, replicaron prestos a las intervenciones del presidente de Ford España, que defendía a las empresas multinacionales y a mi juicio, le metieron algunos «goles» argumentativos de fina factura. Los economistas son gente así: fina, pero de cuidado. Me explico: ambos profesionales pasaron completamente por alto un par de observaciones del señor Boada, que reivindicó para las empresas la virtud de «crear fuentes de trabajo», clásica muletilla patronal, y acaso el más importante bordón del «sentido común» económico moderno. Deseo destacar que la economía no se circunscribe -malgré elle- a los fenómenos. sino que parte de una visión del mundo, de unas reglas de juego: si se tiene conciencia de ello las afirmaciones del señor Boada revelan de inmediato ser lo que son: apologéticas. Los trabajadores podrían rectificar la opinión empresarial y aparecer ellos como los verdaderos Filántropos sociales. diciendo: las empresas no son fundaciones benéficas buscan la ganancia, y para encontrarla contratan empleados, o sea, no son los empresarios creadores de fuentes de trabajo, es al revés: los obreros son fuentes de capital! (¿Vieron qué raro suena?). Y podrían añadir, por cierto, que los réditos que obtienen por su «virtud» son bastante menores que los de sus beneficiados. Este contra-argumento no implica sólo un «gol», sino un cuestionamiento de las reglas del juego. Los economistas, los primeros que podrían hacernos ver estas cosas. son también los primeros en ocultárnoslas: nos encandilan con sus «goles» brillantes y olvidamos a qué estábamos jugando.
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