_
_
_
_

Un proyecto para poner fin a la guerra del Sahara, entre los acuerdos más importantes

La cumbre de la Organización para la Unidad Africana (OUA), que ayer quedó clausurada en esta ciudad tras una maratoniana sesión final de trabajo que duró más de doce horas, ha adoptado un complejo acuerdo para poner fin a la guerra del Sabara. Dicho acuerdo ha sido bien recibido por Marruecos y Mauritania -la parte en cierto modo denunciada en la cumbre- y no así por Argelia, el denunciante, lo que puede dar idea de su futura eficacia.

Un comité integrado por cinco o más jefes de Estado africanos, bajo la presidencia del titular de la OUA, Gaafar el-Numeiry, deberá preparar un informe sobre la situación del Sahara que, por una parte, será elevado al secretario general de las Naciones Unidas, Kurt Waldheim, al tiempo que será debatido en una cumbre monográfica de la OUA. Por ahora no se ha determinado quiénes formarán parte de la comisión, que deberá ser nombrada por el presidente sudanés, ni dónde tendrá lugar la cumbre especial. El presidente etíope, Mengistu Haile Mariam, que mantiene dos guerras al mismo tiempo, ha ofrecido el Africa Hall de Addis Abeba para que se trate de poner fin a la que tiene por escenario el antiguo Sahara español.Este es, posiblemente, el acuerdo más destacable de la cumbre, al menos en lo que se refiere al debate más importante, pues había sido planteado por Argelia en una operación de gran estilo y en el mismo han participado una treintena de oradores.

Aunque los debates fueron a puerta cerrada, se supo que había tres iniciativas sobre el tema. Una de ellas, presentada por Mozambique, solicitaba que la cumbre declarara que en el Sahara se daba una situación colonial -Marruecos y Mauritania serían las potencias coloniales-, y que reconociera al Frente Polisario como auténtico movimiento de liberación.

El Presidente senegalés, Leopold Sedar Senghor, optaba por la formación de un «comité de notables» integrado por varios jefes de Estado, y Mali, por su parte, se mostraba partidario de un comité ad hoc que estudiara el problema. Unas diez horas de debates ha llevado el tema del Sahara y, a la postre, el resultado obtenido satisface más a Marruecos y Mauritania que a Argelia.

«Si la OUA no es capaz de resolver este problema en el plazo de un año, debería disolverse para que los problemas de África sean tratados en las Naciones Unidas», había dicho el presidente Bumedian en una de sus intervenciones en el debate.

Un comité especifico, integrado por varios jefes de Estado, no suele dar resultados fulgurantes, aparte que organizar una cumbre monográfica no parece tarea fácil cuando no se registra unanimidad. Esta cumbre especial se ha decidido varias veces durante los dos últimos años y aún está por celebrarse.

Contra las intervenciones extranjeras

Al margen de la cuestión del Sahara, en Jartum se ha aprobado una resolución sobre intervencionismo extranjero que, si bien con toda suerte de matices y consideraciones, consagra el derecho de los países a solicitar ayuda militar de quien consideren más conveniente.

Sobre otros conflictos del continente, para los que en el seno de la OUA se habían nombrado comités de pacificación (Etiopía-Sudán, Etiopía-Somalia, y Libia-Chad), los jefes de Estado y de Gobierno animan a dichos comités a que sigan su tarea. De momento, una propuesta para que etíopes y somalíes formaran una franja de seguridad a lo largo de su frontera ha sido rechazada por ambos. «No serviría para nada -dijo un delegado etíope-. La guerra en el Ogaden se hace a base de bombardeos y diez kilómetros no son nada para la aviación.»

La cumbre ha reiterado también su apoyo a los movimientos de liberación del África austral y ha acordado seguir los trabajos para conseguir el embargo total político, económico y petrolífero a Rodesia y África del Sur. En este sentido, algunos jefes de Estado africanos redoblarán sus esfuerzos ante el sha de Irán para que no rompa el embargo que los miembros de la OPEP han establecido hacia esos países.

Como siempre, la cumbre ha reiterado su apoyo a la causa palestina y su más viva repulsa al régimen «Imperialista y racista» de Israel.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_