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Algunas decenas de extremistas de derecha increpan al Gobierno y a Gutiérrez Mellado

Algunas decenas de extremistas de derecha, fundamentalmente personas maduras, entre las que se hacían notar las mujeres, increparon ayer delante de la Policía Armada a Suárez, al Gobierno y a Gutiérrez Mellado en la misma puerta del Cuartel General del Ejército, una vez Finalizado el tuneral de corpore insepulto celebrado en el interior por el alma de los dos militares asesinados, Entre estas personas y entre las que se encontraban enfrente, en la acera del Banco de España, habían muy pocas con camisa azul y tampoco abundaban las que lucían insignias de partidos de extrema derecha, aunque sus gritos y actitudes eran claro exponente de esta ideología.Inmediatamente después de que saliera del interior del Cuartel General del Ejército, el féretro con los restos mortales del general Sánchez Ramos, varias decenas de personas que se encontraban en la acera de enfrente, junto al Banco de España, cruzaron rápidamente la calzada y se agruparon en la misma puerta del cuartel, donde se encontraba un numeroso grupo de miembros de la Policía Armada.

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Estas personas, dirigiendo su mirada a la bandera que ondea en el mástil que hay junto a la entrada del citado cuartel general, comenzaron a gritar rítmicamente «la bandera a media asta», mientras intercalaban gritos de «Suárez, traidor»; «Gobierno, asesino», y algún que otro «Gutiérrez Mellado, fuera». Por otra parte, los vivas al Ejército y los gritos de «Ejército al poder» fueron también constantes.

En otros momentos, los presentes cantaron, brazo en alto, el Cara al Sol y aplaudieron a los jefes y oficiales que salían a la calle una vez celebradas las honras fúnebres por el alma de los dos militares asesinados.

La concentración se prolongó, casi mezclados policías y público, durante más de tina hora. En algún momento, la tensión pareció rozar lo no permisible, sobre todo cuando al unas mujeres, ya maduras, alargando sus brazos a través de las rejas que rodean el Cuartel General del Ejército, increparon a algunos militares con la frase «¡Qué bien obedecéis a Carrillo» o con esta otra: «Cuando muera Gutiérrez Mellado, sí que pondréis la bandera a media asta».

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