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Editorial:
Editorial
Es responsabilidad del director, y expresa la opinión del diario sobre asuntos de actualidad nacional o internacional

Elecciones en Ecuador

LA VICTORIA de Jaime Roldos en la primera vuelta de las elecciones de Ecuador ha constituido una sorpresa relativa, al darse como segura la ventaja de Sixto Durán, favorito de la Junta Militar. Calificado como político de izquierdas, opuesto al Gobierno de los generales y beneficiarlo de un notable apoyo popular, no ajeno a manejos demagógicos, el dirigente de la Concentración de Fuerzas Populares (CFP) también debe su triunfo -por ello la sorpresa ha sido sólo relativa- al apoyo del omnipresente Assad Bucaram, su suegro, hijo de libaneses y excluido por la Junta de la lucha electoral. Enemigo jurado de los militares y ex alcalde de Guayaquil, Bucaram, si la suerte le acompaña, situará bien a la familia; para su esposa, la alcaldía que él ocupó, y para su yerno, la presidencia de la República.Estas perspectivas, como las del pueblo ecuatoriano en general, no serán por completo despejadas hasta la segunda vuelta electoral, posiblemente en septiembre. La larga rivalidad entre Bucaram y los militares, la especial mentalidad de éstos, que pretenden dejar el poder sin perder su control, no excluyen la posibilidad de incidentes. La victoria del CFP no es bien vista por los generales de la Junta que gobiernan desde 1976 y se muestran desilusionados por la desventaja de Durán. Estas son las primeras elecciones desde 1968, año en que accedió al poder Velasco Ibarra. Dos años después Velasco suspendería el ejercicio de la Constitución y con ello se marcaría el comienzo de la penetración castrense en la política. Elecciones generales fueron ya convocadas para 1972, pero como parecía evidente que el triunfador sería Bucaram, los militares nombraron presidente al general Rodríguez Lara, derrocado en enero de 1976.

Las presiones de Estados Unidos, los temores hacia Perú, una especie de enemigo hereditario, y, sobre todo, el descenso vertiginoso en el prestigio del poder militar, parecen haber sido los elementos determinantes en la apertura del proceso electoral. Pero con una victoria que no puede sino considerarse como conflictiva, la de Jaime Roldos, y con el interrogante de unos meses hasta la próxima llamada a las urnas, son indudables las dificultades en el camino que inicia Ecuador hacia el asentamiento de la democracia. Aun así, por poco positivos que a corto plazo aparezcan los resultados de un Gobierno democrático y por escasas que sean todavía las alternativas reales para los desheredados, la historia reciente de Ecuador demuestra con bastante claridad el notable fracaso de los militares en su gestión gubernamental.

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