Balas, bolas y bulas
El primer derrotado fue, obviamente, aquel ardiente mozo a quien quitaron la vida. Todos, de un modo u otro. lo perdimos. Luego, los heridos, los que han sufrido graves daños en su propiedad.Pero yo hablo aquí desde un punto de vista político.
Y desde este punto de vista, los derrotados hemos sido muchos. Pienso que la mayoría. Ha sido, pues, una derrota colectiva. Hemos perdido los partidarios de la razón. del diálogo, del consenso, de la comprensión, de la democracia, de la sensibilidad, de la esperanza y del futuro.
¡Cuánto trabajo por tierra! ¡Cuánta paciencia e imaginación aventadas!
¡Qué triunfo -aunque sea más aparente que real- para todos los partidarios de la violencia. de la fuerza, de la venganza, de la ley del talión! ¡Qué victoria -aunque sea pírrica- para quienes airean por calles. conversaciones e intenciones la muerte y la revancha como un programa. como un elixir! ¡Qué tanto no esperado para todos los fanáticos, los simplistas, los maniqueos, los ciegos políticos. los sordos de corazón, los mudos de razones, los mancos de porvenir, los cojos de ira y de impotencia!
¡No saben bien el señor Martín Villa, el señor Llano (gobernador), el señor Rubio (comisario), los señores de las balas, de las bolas y de las bulas, el daño que nos han hecho! ¡Y lo peor es que no quieren saberlo!
Pero nosotros, aunque vencidos, aunque derrotados. no hemos perdido aún -y ésta es nuestra respuesta- la razón de nuestra irrefrenable lucha por la racionalidad.
(De la comisión ejeculiva del PSOE en Navarra)
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