_
_
_
_
Reportaje:La OUA, en crisis permanente ante la "cumbre" de Jartum/ 1

Quince años de continuas divisiones

Mayo de 1963, Addis-Abeba: el nacimiento de la Organización para la Unidad Africana (OUA) es presentado como la prueba de madurez a que han llegado sus integrantes, con el propósito de formalizar una estrategia coherente que preserve la unidad continental por encima de las divergencias étnicas y tribales. La «Carta de la Unidad Africana» aprobada en tal ocasión señala que los objetivos de la OUA serán, entre otros: reforzar la solidaridad entre los Estados africanos y malgache; coordinar su cooperación; defender su soberanía, integridad territorial e independencia y eliminar el colonialismo bajo todas sus formas. Para ello, la OUA se declara partidaria de la no injerencia en los asuntos internos de los Estados, afirma que respetará las fronteras heredadas del pasado colonial y se pronuncia por una política de no alineamiento que excluya su subordinación a los intereses de cualquier bloque.La formación de una comisión de mediación y arbitraje y el compromiso solemne de recurrir a la vía pacífica para solucionar las diferencias internas dan a suponer que la organización africana será tal vez la primera institución internacional que rompa el ostracismo al que se ven condenadas desde su creación las Naciones Unidas, pero esa esperanza queda rápidamente defraudada. «Progresistas» y «moderados» constituyen desde 1965 dos bloques antagónicos, con su propia concepción de las bases políticas en las que debe asentarse la cariacontecida unidad continental.

Angola, motivo de divisiones

Las divisiones en el seno de la OUA han llegado a ser tan profundas que incluso los partidafios más acérrimos de su creación, como Argelia, se interrogan sobre la oportunidad de mantenerla en su estado actual, mientras se profundizan las contradicciones políticas. Sin embargo, hasta finales de 1975, la organización africana logró Preservar una apariencia de unijad, gracias a la voluntad de la mayoria de sus miembros por diluir los conflictos de orden local en aras de la lucha.contra los últimos focos del colonialismo en Zimbabwe, Namibla y Africa del Sur. Así, cuando por iniciativa de Argelia la «cumbre» africana celebrada en Argel el 20 dejulio de 1968 adopta la primera recomendación relativa a la «africanidad» del archipiélago canario y decide formar una comisión investigadora, será la propia Argelia la que favorezca el congelamiento de los trabajos de la citada comisión.

La crisis angoleña precipita las divisiones de la organizació,n africana y brinda a la opinión pública internacional un triste espectáculo, al que no es ajeno la intervención personal del por entonces presidente en ejercicio de la OUA, el mariscal ugandés Amin Dada.

La «cumbre» extraordinaria de la OUA sobre Angola, planteada durante una reunión celebrada en Kinshasa el 24 de noviembre de 1975 por siete países africanos (Burundi. Gabón, Mauritania. Uganda, Senegal, Africa Central y Togo), tiene lugar el 10 de enero de 1976, en la- capital de Etiopía y consagra el fracaso de la organización al no dar ningún resultado. Veinitidós. Gobiernos votan a favor de una resolución presentada por Senegal, partidaria de una coalición entre los tres movimientos de liberación angoleños Ven contra de la intervención militar extranjera en ese país, y otros veintidós se declaran favorables a la moción presentada por Nigeria, en el sentido de apoyar únicamente al MPLA. Una reunión restringida de los presidentes de Botswana. Mozambique, Tanzania y Zambia, celebrada el 13 de ese mes en Dar-Es-Salam, fracasa no menos estrepitosamente.

Mientras se celebran esos conciábulos, la ofensiva conjunta MPLA-cuerpo expedicionario cubano alcanza la frontera del río Zaire. Las últimas localidades importantes del país bacongo (San Antonio do Zaire y Maquela do Zombo) caen el 18 de enero en tanto que en el frente Sur la expedición surafricana y las fuerzas de la UNITA de Jonas Sawimbi son detenidas en las márgenes del río Queve, a 200 kilómetros de Luanda. El 11 de febrero, el presidente Amin Dada proclama en nombre de la OUA el reconocimiento del Gobierno de Neto, que pasa a convertirse en el 47 Estado miembro de la organización africana.

Diferencias ideológicas

La OUA, que en sus transacciones anteriores no ha logrado imponer el entendimiento entre las fracciones rivales angoleñas, da razón a Neto, quien declaraba desde noviembre de 1975 que la única solución para imponer un Gobierno de la mayoría era proseguir la guerra. La victoria militar del MPLA provoca el reconocimiento en cadena del Gobierno de Neto por los demás países africanos, con algunas excepciones raras, como las de Senegal y Zaire.

La crisis de Angola va a revelar dramáticamente los límites reales de la organización africana para propiciar soluciones políticas de loséonflictos internosal continente y demostrar, de paso, que en el mejor de los casos la OUA sólo consigue aplazar el estallido de nuevas zonas de conflicto, mien tras se agravan las diferencias de sus miembros en el plano ideológi co. La internacionalizaclón del conflicto angoleño provoca en el grupo de países moderados un sentimiento de frustración que se ve aumentado posteriormente con la crisis del Sahara occidental y el recrudecimiento de la tensión en tre Chad y Liblia, Sudán y Etiopía. Proposiciones de «cumbres» extraordinarias, en lo que concierne al Sahara, y constitución de comisiones de conciliación, en los demás casos se suceden entre la 13 y 14 «cumbre» ordinarias de Port-Louis y Libreville sin resulta do práctico.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_