Suspendida la corrida de toros minutos antes de iniciarse

La corrida de feria que se iba a celebrar ayer en Pamplona fue suspendida a las 6.25 de la tarde, minutos antes de la hora señalada para su comienzo. Como es sabido, los festejos del domingo y el lunes tampoco se celebraron, por el luto declarado en la ciudad a raíz de la muerte de Germán Rodríguez.Los graderíos estaban ocupados en menos de la mitad de su aforo, a pesar de que todas las localidades habían sido vendidas desde mucho antes de que empezara la feria, pues no asistieron los mozos de las peñas, como habían anunciado en el comunicado que hicieron público durante la madrugada anterior.

Según hemos sabido por testigos presenciales, poco después de las 6.15 unos representantes de la MECA (Casa de Misericordia) llegaron al patio de cuadrillas donde estaban ya todos los toreros con el capote liado para el paseíllo y les dijeron que abandonaran la plaza a toda prisa, pues había que suspender la corrida Ante la insistencia, nos dicen que nerviosa, de los miembros de la MECA, los tres matadores y sus subalternos corrieron hacia lo coches, en donde subieron apresuradamente y marcharon a sus hoteles.

Inmediatamente después, por los altavoces de la plaza, se comunicó al público que «ante la incomparecencia de la presidencia» quedaba suspendida la corrida. Parte de los espectadores aplaudieron esta decisión, pero también cayeron almohadillas al ruedo, aunque no en gran número. La salida del coso se hizo en perfecto orden y el comentario unánime era que estos sanfermines de 1978, dañados vitalmente desde los gravísimos incidentes del sábado último, ni pueden ni deben continuar. A falta de confirmación oficial, nuestra impresión a la hora de transmitir esta crónica es que las fiestas van a ser suspendidas.

Frente a la puerta principal de la plaza había una gran pancarta en la que podía leerse, en castellano y euskera: «Ayer Germán, hoy Barandiarán». Los sangrientos sucesos de San Sebastián, que se conocieron aquí inmediatamente después de producirse, habían aumentado el abatimiento profundo que se pulsa en la ciudad. Lo decíamos ayer y con mayor motivo hemos de repetirlo hoy: nadie está para toros en Pamplona.

Es de señalar que por los alrededores del coso -podemos ampliar que también por buena parte de la ciudad, que recorrimos durante la mañana- no se veía ni un solo agente de la Policía Armada, y la vigilancia estaba encomendada a la Policía Municipal. No se registró ningún incidente tanto a la entrada como a la salida de los toros. Por la mañana no hubo encierro, y era presumible que tampoco se celebraría hoy, pues aún no ha sido restaurado en su totalidad el vallado del recorrido del mismo, el cual fue derribado en el curso de los enfrentamientos del sábado.