Dificultades para los trabajadores españoles en la CEE

Preparar el dictamen para la negociación de ingreso de España a la CEE, la adaptación del acuerdo comercial de 1970, la prórroga de licencias de pesca y plantear un acuerdo «transitorio» para los trabajadores españoles en la CEE son los puntos capitales de la agenda del ministro español de Relaciones con la CEE, Leopoldo Calvo Sotelo, durante su estancia actual en la capital belga.Destaca para hoy la entrevista entre Calvo Sotelo y el responsable comunitario para Asuntos Sociales. El ministro español planteará, una vez más, la necesidasd de dotar de un acuerdo «transitorio» con validez hasta el momento de la incorporación de España a la CEE, para los trabajadores españoles que laboran en los nueve.

A pesar de la lógica insistencia española en pro de los españoles residentes en territorio comunitario, no parece que se pueda conseguir mucho a corto plazo. El propio vicepresidente de la Comisión Europea, el holandés Vredeling, recordó ayer en Bruselas que «la decisión depende de los Gobiernos de los nueve Estados miembros».

Es sabido que, ante una Comunidad con más de seis millones de parados oficiales (y otros tres de paro encubierto), los Gobiernos nacionales no están precisamente para facilitar condiciones a los trabajadores emigrantes. La coyuntura socioeconómica de los nueve impone el realismo con que se trata al emigrante: se importa cuando hace falta, se exporta, hacia su país de origen, cuando hay excesivo paro.

Madrid quiere, por lo menos, que se garantice la seguridad de residencia al millón de emigrantes españoles en la CEE hasta que, en virtud de la firma del tratado de adhesión, gocen de la libertad de movimiento e instalación en el territorio comunitario.

Sin embargo, los países miembros de la CEE, particularmente la República Federal de Alemania, no estarían dispuestos a respetar íntegramente tos tratados de la CEE ante los nuevos Estados candidatos (Grecia, Portugal y España) en el capítulo de mano de obra.Prueba de ello es que la Comisión propondrá, probablemente, a los griegos, primer país en la carrera hacia la CEE, un largo « período transitorio » antes que sus ciudadanos gocen de las ventajas de libre movimiento que, en principio, les conceden los tratados.

Se dice en Bruselas que detrás de la propuesta a los griegos estaría la definición de una estrategia de conjunto, en materia de mano de obra, para españoles y portugueses. A pesar de la crisis económica y de las dificultades sociales que acompañan a la CEE, parece difícilmente defendible ante los países candidatos que también los trabajadores necesiten «período transitorio», como las mercancías.