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Comienza una campaña de divulgación de la reforma penitenciaria

El próximo día 13 la Dirección General de Instituciones Penitenciarias inciará una campaña de divulgación sobre la reforma penitenciaria, su alcance y la situación actual de las cárceles españolas. La campaña se desarrollará en base a un libro-folleto escrito por el propio director general, Carlos García Valdés, en colaboración con Jorge Trías Sagner, que será enviado, en primer lugar, a todos los directores de prisiones y a las bibliotecas de los establecimientos penitenciarios españoles.El libro, titulado La reforma de las cárceles, fue presentado ayer en una comida de trabajo con el señor García Valdés, quien reiteró una vez más su propósito de abandonar el cargo en el mismo momento en que considere que la reforma penitenciaria está ya bien encarrilada. «Con este librito pretendemos que todo el mundo comprenda qué significa la reforma penitenciaria. Está pensado para el gran público y tiene una tirada de 55.000 ejemplares», explicó Jorge Trías.

Por su parte, el director general de Instituciones Penitenciarias realizó un breve análisis de la actual situación de las cárceles. Señaló que van a buena marcha las obras de los nuevos establecimientos de Murcia, Alicante y El Puerto de Santa María, y se refirió también a la futura cárcel de Herrera de La Mancha, con capacidad para 240 presos y que tendrá un régimen de máxima seguridad. Máxima seguridad quiere decir -añadió- que los presos estarán sometidos a mayor control y que la cárcel tendrá una división interna, de forma que habrá tres departamentos separados para sesenta internos cada uno. Por supuesto, el régimen de vida en cuanto a visitas, lecturas, etcétera, será exactamente igual que el de las otras prisiones.»

Carlos García Valdés afirmó que está propulsando la creación así como la rápida salida de nuevas promociones. «Desde que estoy en este cargo he cambiado más de un centenar de puestos directivos en las prisiones. Creo que estoy en condiciones de decir que no existe ningún boicot por parte de los funcionarios y que éstos se encuentran más bien desmoralizados.»

Expresó que en la mayoría de las ocasiones las reivindicaciones que le presentan los presos no están relacionadas con su Dirección General, sino que afectan a la reforma del Código Penal, la ley de Peligrosidad Social, etcétera. «Creo que el Código Penal nuevo podrá ir a las Cortes en noviembre, y que su aplicación permitirá que salgan de prisión un número relativamente elevado de presos», añadió.

El director general se mostró preocupado por las noticias que corrían por las prisiones en el sentido de que con motivo de la aprobación de la Constitución podría concederse o forzarse un indulto general. «No sé quién puede estar engañando a los presos, porque, por el contrario, el proyecto de Constitución prohíbe taxativamente esos indultos. En todas las prisiones a las que voy intento convencer a los presos de la pura realidad: no va a haber ningún indulto, y si queman nuevamente las cárceles, lo único que sucederá es que se tendrán que quedar en ellas y, además, quemadas.»

Finalmente, volvió a insistir en la necesidad de que la sociedad destine fondos para la reforma y mejora de las cárceles. «El presupuesto de 3.000 millones de pesetas que fue concedido a esta Dirección General está destinado exclusivamente a construcciones, y me encuentro con graves problemas burocráticos a la hora de encontrar fondos para comprar desde un balón, como me piden los internos de Ocaña, a papel para escribir, como me decía una criminóloga canaria.»

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