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Ligera ventaja del candidato oficial, general Pereda, en las elecciones bolivianas

Sin incidentes graves y con renovadas acusaciones al Gobierno de propiciar un fraude electoral, cerca de 1.700.000 bolivianos acudieron el domingo a las urnas para elegir, por primera vez en doce años, a sus representantes en el poder Ejecutivo y Legislativo. Dieciocho horas después del cierre de los colegios electorales -cuando en La Paz son las diez de la mañana del lunes y en Madrid las cinco de la tarde-, solamente se conocen resultados extraoficiales del 20% de los votos emitidos, que dan una ligera ventaja al candidato oficialista, general Juan Pereda.

Hernán Siles, candidato de una coalición centro-izquierdista y principal oponente de Pereda, ha insistido en las últimas horas en que el triunfo va sería suyo si las elecciones se hubieran realizado con limpieza. De los 380.832 votos escrutados hasta la citada hora, Juan Pereda había obtenido e 40% (153.219), y Hernán Siles el 34% (129.063). El primero obtenía victorias notables en Cochabamba y Santa Cruz, mientras el segundo vencía en poblaciones mineras o industriales, como Sucre, Potosí y Oruro. En La Paz, Siles Zuazo aventajaba ligeramente a Pereda.El resto de los candidatos aparecía muy por debajo de los dos principales contendientes, Víctor Paz Estensoro, candidato del Movimiento Nacionalista Revolucionario (histórico), acumulaba el 14% de los sufragios (52.364), y René Bernal, representante del Partido Demócrata Cristiano, el 7%) (26.148).Los analistas, estiman que estos resultados, aunque muy parciales, son suficentemente ilustrativos de lo que van a ser los finales. Nadie discute el triunfo Cirial de Juan Pereda, cuyo partido Unión Nacionalista Popular, ha contado desde el principio con el decidido, aunque no declarado apoyo del Gobierno y de las Fuerzas Armadas. En lo que no existe idéntica unanimidad es en vaticinar si Pereda obtendrá la necesaria mayoría para ser proclamado automáticamente presidente de la República.

Según la Ley Electoral boliviana -la misma que elaboró René Barrientos, con algunas modificaciones-, el candidato vencedor necesita la mitad más uno de los votos para su proclamación presidencial. En caso contrario, es el Congreso quien debe decidir el nombre del futuro jefe del Estado.

Tampoco tendrá problema Juan Peredit en este caso. Las reformas introducidas por Hugo Banzer en II Ley Electoral establece que después de las elecciones, el Congreso estará compuesto, en un 80%, por diputados del partido triunfador en las elecciones. El 20% restante se adjudicará automáticamente al partido que haya obtenido el segundo lugar. El resto de los grupos no tiene representación parlamentaria. Nadie duda, pues, de que Pereda obtendría el nombramiento del Congreso sin dliflicultad.

Hernán Siles Zuazo, el candidato de la Unión Democrática Popular -alianza de partidos en la que participan desde centristas hasta comunistas- ha prometido convocar a la población boliviana a una resistencia civil, si se comprueba el fraude electoral a favor de Juan Pereda. Víctor Paz Estensoro mantiene que el principal objetivo de trabajo será encontrar las alianzas que no fueron posibles antes de las elecciones, para presentar un frente poderoso al nuevo Gobierno.

Lo triste del caso es que esa alianza, que hubiera dado al traste con los planes gubernamentales a favor de Pereda, no se produjo por cuestiones casi personales. Hernán Siles exigía para aceptar un pacto con el MNR histórico de Paz Estensoro la presidencia y vicepresidencia de la República y el 60% de los escaños en el Congreso. Paz Estensoro habría integrado a su partido en la UDP si Siles le hubiera concedido la vicepresidencia de la Nación y el 50% de los diputados. No se pusieron de acuerdo y ahí están los resultados.

Las próximas horas bolivianas se centrarán en el cómputo de los votos y en el interés de los partidos por descubrir alteraciones en los resultados. Los principales dirigentes de la oposición hicieron el domingo y en la mañana del lunes numerosas denuncias sobre irregularidades en el desarrollo de los comicios. En muchas mesas no hubo más papeletas de voto que las de color verde, que corresponden al partido de Pereda. El mismo domingo, la prensa dio cuenta de que el Gobierno había creado, por medio de un decreto con fecha de 28 de mayo, que aún no se había publicado en la gaceta oficial, 340 nuevos asientos electorales, cuya relación no se daba a conocer. Los dirigentes de la oposición señalaron que estas nuevas y desconocidas circunscripciones podían significar alrededor de 100.000 votos incontrolados que, unidos a los de numerosas mesas fantasmas y ciudadanos de papel, constituían el eje de la alteración de las elecciones a favor de Pereda.

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