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Entrevista:

"España ya no interesa a los inversores alemanes"

El ministro de Hacienda de Bonn, Hans Matthoefer, es una de las personalidades más destacadas del Partido Socialdemócrata alemán (SPD) y del equipo ministerial del premier Helmut Schmldt. Nació en 1925, en Bochum, y después de la segunda guerra mundial estudió Economía en Wisconsin (EEUU) y Francfort. Matthoefer, miembro de la directiva del SPD, es considerado un «izquierdista pragmático», amigo personal de Helmut Schmidt y en opinión de muchos su «delfín».El ministro de Hacienda concedió esta entrevista a Mariano Fernández y Francisco Geisse, en exclusiva para EL PAÍS, pocos días antes de iniciarse la conferencia cumbre económica de los principales países industrializados en Bonn. En su desarrollo explica la posición alemana en esta conferencia, da su opinión sobre las perspectivas de la economía mundial, sobre la no participación del Tercer Mundo en las discusiones en la cumbre, así como su visión sobre la actual situación política en España y América Latina.

Pregunta. ¿Cuáles son, en su opinión, las perspectivas de corto plazo (en los próximos dos o tres años) de la economía mundial y cuáles son las posibilidades de que la reunión cumbre de los principales países industriales conduzca a una activación económica, especialmente en Europa?Respuesta. Los indicadores del desarrollo coyuntural y, sobre todo, las perspectivas de crecimiento, de que disponemos en la actualidad, no nos permiten llegar a la conclusión de que estemos a las puertas de una vigorosa activación mundial de la economía, así como tampoco dan motivo para prever, de manera pesimista, un estancamiento más prolongado. Existen riesgos motivados, por ejemplo, por la permanente inestabilidad de la relación de los tipos de cambio y por las tendencias inflacionarias, producto de los altos déficits de las balanzas de pagos. También existe el peligro de que, a consecuencia de una prolongada inseguridad, se adopten decisiones erradas, orientadas, por ejemplo, a mayores limitaciones en el comercio internacional. Por ello, debemos considerar como objetivo de la conferencia cumbre lograr un mayor acuerdo sobre los elementos básicos de una continuada política económica de largo plazo, orientada a lograr mayor estabilidad monetaria, mayor estabilidad en los precios y un comercio y competencia internacionales que funcionen con eficacia. No existen remedios milagrosos, que surtan efecto a corto plazo, para la activación de la coyuntura.

P. La prensa internacional ha hablado de las concesiones alemanas a su aliado norteamericano con ocasión de la reunión cumbre. ¿Cuáles serán los puntos relativos a la activación de la coyuntura internacional en que Alemania federal está dispuesta a negociar y, eventualmente, a comprometer su propia estabilidad en beneficio de sus otros aliados?

R. De partida no me agrada el planteamiento de que para lograr una estrategia internacional razonable, destinada a la activación de la economía, debe llegarse a compromisos sobre concesiones nacionales, de acuerdo a la capacidad de negociación de los interesados. Por ejemplo. cuando se señala que EEUU debería reducir su excesivo déficit de la balanza de pagos y, en relación con ello, hacer más por ahorrar energía, esto es algo correcto desde la propia perspectiva americana, y no se trata de una concesión a nosotros. En la última reunión cumbre de Londres existió un acuerdo general sobre la necesidad de enfrentar la amenaza inflacionista. En esta perspectiva se han logrado éxitos parciales. ¿Qué sentido tendría que la República Federal se orientara nuevamente en el camino contrario, mediante programas adicionales de gastos? La República Federal está dispuesta -incluso por sus propios intereses- a realizar todo lo que razonablemente se pueda hacer por la activación de su economía, con perspectivas de éxito.

P. Usted señaló hace algunos días que era posible tina reincorporación de Francia a la serpiente monetaria. ¿Ve factible que otras economías europeas se integren a la serpiente? Por ejemplo, ¿cree que hay posibilidades de que un país como España también entre a participar en ella?

R. El premier federal, Helmut Schmidt, y el presidente de Francia, Giscard d'Estaing, han asumido conjuntamente una iniciativa destinada a lograr -más allá de la serpiente monetaria- una coordinación más estrecha en el campo de la política monetaria entre los países europeos occidentales. Esta iniciativa tiene un aspecto relativo a la política europea y otros concernientes a la política económica y a la política monetaria. Teniendo presente el hecho de que, hoy como ayer, existen grandes disparidades entre la estabilidad de precios, el crecimiento y la fortaleza de la moneda en los distintos países europeos, de partida no será fácil la creación gradual, en el núcleo de la Comunidad Europea, de una unión que realmente sea resistente y no viva solamente de las obligaciones de apoyo y de intervención relacionadas con ella. Por ello, considero que aún son prematuras las reflexiones sobre la participación de países corno España, que se encuentran en el umbral del ingreso de la Comunidad Europea.

P. La cumbre de julio, según sus propias declaraciones, no discutirá en primer plano problemas que afecten al Tercer Mundo o las cuestiones Norte-Sur. Sin embargo, los países del Tercer Mundo se sienten afectados por estos encuentros en vista de que en ellos se toman decisiones de efectiva importancia internacional, con secuelas para las economías «subdesarrolladas» del Tercer Mundo, pero sin que ellas puedan participar en estas deliberaciones. ¿Cuál es su opinión al respecto?

R. No veo el peligro -que parece insinuar su pregunta- de que los países industriales adopten decisiones contradictorias con los intereses de los países en desarrollo. Por el contrario, veo bajo todo punto de vista la posibilidad de que se converse sobre medidas suplementarias de ayuda en beneficio del Tercer Mundo, por ejemplo, en el marco de un aumento del capital del Banco Mundial. Pero, efectivamente, sería necesario considerar si en el futuro deben participar voces del Tercer Mundo, también para clarificar que nadie puede ganar en una confrontación de intereses. sino que los países industriales Y los países en desarrollo puede beneficiarse conjuntamente de una economía mundial próspera y eficiente.

P. España se encuentra en un proceso de democratización en el cual Alemania federal también ha influido, Pero la democratización es difícil sin éxitos económicos y sociales. ¿De qué manera apoya financieramente Alemania, federal el proceso de democratización español?

R. La República Federal ha apoyado con importantes créditos bilaterales y con su participación en acciones internacionales de ayuda a España, así como a otros países europeos que han logrado sacudirse de dictaduras. Menciono los casos de Portugal y Grecia. Actualmente se realizan conversaciones entre la Comunidad Europea y España sobre la complementación del Acuerdo Preferencial de comercio, de 1970. La República Federal de Alemania apoya el mejoramiento cualitativo del convenio comercial que se pretende en estas conversaciones, mediante su actuación en las organizaciones de la Comunidad, con el objeto de que lo antes posible se logren resultados concretos. A ello se agrega que las nuevas cifras del intercambio comercial entre Alemania y España muestran un desarrollo muy favorable a este último país. Mientras en el primer trimestre de 1977, el déficit de la balanza comercial de España aún llegaba a 402 millones de marcos, en el primer trimestre de 1978 se ha reducido drásticamente a 37 millones de marcos.

En mi partido se realizan reflexiones sobre cómo se podría organizar un programa especial de ayuda para estos países del sur de Europa. Pero una pregunta central consiste en cómo ganar a los otros países europeos -preferentemente al conjunto de la Comunidad Europea- para un programa de este tipo y cómo resultaría posible asegurar que se planifiquen y desarrollen eficientemente proyectos en los sectores vitales del desarrollo económico. Una posibilidad. en la que pensamos sería una ampliación del trabajo del Banco Europeo de Inversiones, que ya en los años pasados realizó un exitoso trabajo en las regiones estructural mente débiles de la Comunidad Europea.

P. España intenta abrirse a la banca extranjera. ¿Es usted partidario de apoyar la inversión privada alemana en España y qué medidas concretas ya han sido tomadas?

R. Existe un amplio y variado instrumental para el fomento de las inversiones alemanas en el extranjero que, naturalmente, también se utilizan en relación a España. De hecho, hay importantes inversiones de empresas alemanas en España, pero no considero que esto sea una panacea universal. Las inversiones privadas en España fueron atractivas en el pasado, no ahora, porque el nivel de los salarlos era mucho más bajo y porque, además, se garantizaban importantes ventajas, algunas de ellas relacionadas con los impuestos. Espero poco de un cambio artificial de la relación de los factores que pueda producir un aumento de las inversiones en aquellos países de «bajos salarios».

P. Mucho se habla de un plan Marshall para la Europa del Mediterráneo. ¿Existe? ¿Son sólo ideas? ¿A qué países se orientaría?

R. Ya me he referido a las reflexiones que existen sobre este tema en mi partido. No me parece totalmente apropiado el uso de la denominación «plan Marshall», ya que puede producir una peligrosa equivocación en un punto muy decisivo. La ayuda a la reconstrucción proporcionada a la República Federal en el marco del plan Marshall después de la guerra se otorgó a un país que, en principio reunía todas las condiciones para la industrialización y Iograr un alto índice de crecimiento económico. Las empresas, las técnicas y experiencias de producción, los ingenieros y trabajadores calificados, la infraestructura y mercados, todo esto, en principio, ya existía y el capital fue utilizado rápidamente en inversiones productivas.

Países como España, Portugal y Grecia -tanto más países como Turquía o los Estados en desarrollo en Africa o Asia- deben primero desarrollar paulatinamente esas estructuras y encontrar sus perspectivas de producción y ventas. Por ello, pongo tanto énfasis en la necesidad de tomar medidas para una buena planificación y dirección de los proyectos.

P. Usted es uno de los socialdemócratas alemanes más ligado al Partido Socialista Obrero Español (PSOE). Ve al PSOE con perspectivas reales de gobernar España a corto plazo? ¿Cree que el proceso de incorporación de España a la CEE podría acelerarse si el PSOE gobernara en Madrid?

R. Confío en que el PSOE, tras haber unificado en sí todas las fuerzas socialistas de España y haberse, así, convertido en la única alternativa democrática al actual Gobierno, también podrá asumir las responsabilidades gubernamentales en un tiempo no lejano. Esto no siempre es algo grato, y a menudo obliga a compromisos que, de vez en cuando, irritan a un partido orientado por grandes ideales y a sus militantes. Pero un partido socialista que permanece por un largo tiempo en la oposición corre el grave peligro de no ser considerado por los electores como un partido capaz de asumir las funciones gubernamentales, y con ello deja de tener influencia en el desarrollo real del país. En lo que se refiere al ingreso en la Comunidad Europea, no considero que la participación del PSOE en el Gobierno sea un factor decisivo en la intención española de ingresar en la CEE, así como tampoco en la disposición de la Comunidad a recibiría. Lo importante es, y seguirá siendo, la estabilidad y cacarácter irrevocable del desarrollo hacia una democracia, que avanza satisfactorianiente, pero que no puede considerarse definitivamente consolidada. La responsabilidad gubernamental del PSOE sería un síntoma del del progreso del proceso de democratización.

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