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Enfrentamiento entre el fiscal de EEUU y un juez

El fiscal general de Estados Unidos, Griffin Bell, que acaba de rehusar la orden de un tribunal neoyorquino para que entregue una lista de confidentes de la Oficina Federal de Investigaciones (FBI), puede ser enviado a la cárcel por desacato, aunque no parece probable que eso ocurra en un futuro inmediato.El juez Thomas P. Giresa, del tribunal del distrito de Manhattan, ordenó el martes pasado la comparecencia de Griffin Bell, después de que el fiscal general se negara a entregarle una lista de dieciocho confidentes del FBI, que investigaron ilegalmente durante los últimos años las actividades del Partido Socialista de Trabajadores, de tendencia trostkista.

Al negarse a presentarse, el fiscal puede ser enviado a la cárcel. Sin embargo, tal perspectiva resulta improbable, porque Bell ha asegurado a Giresa que entregará la lista exigida si la orden surge de un fallo formal del tribunal.

«Si ese fallo se produce -dijo- y si su conclusión, luego de un juicio con la correspondiente apelación, es que al Gobierno no le queda otra alternativa legal que entregar la lista; yo, naturalmente, cumpliré con mis obligaciones.»

Aunque el juez Giresa decidiese ahora encarcelar al fiscal general -algo que no tendría precedentes en la historia del país-, la medida no podría concretarse durante las próximas semanas.

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