Reconocido el derecho de asilo

El primer tema estudiado durante la sesión de ayer fue el artículo 11, cuyo apartado primero quedó aprobado según el texto del proyecto, tras ser rechazada la enmienda de la Minoría Catalana y del PNY por la que se pretendía equiparar la nacionalidad con la ciudadanía española. Sin apenas debate se aprobó también el apartado según el cual el Estado podrá negociar tratados de doble nacionalidad con los países de cultura ibérica o que hayan tenido particular vinculación histórica con España.Relacionado con este tema se planteó un debate más extenso sobre el artículo 12, que, según el proyecto de ley -finalmente aprobado sin modificaciones-, la condoción jurídica de extranjero se regulará por ley y por tratados y sólo los españoles serán titulares de derechos políticos. Esta última mención fue objetada por el socialista de Cataluña Ernest Lluch, por entender que respondía a un falso nacionalismo y a un criterio feudalista «ya evacuado por las cloacas de la historia». En contra de esta enmienda se pronunció, por UCD, Oscar Alzaga, quien aseguró que el proyecto de Constitución se encontraba a la altura del momento histórico,

El socialista Virgilio Zapatero manifestó la conveniencia de que la Constitución permita que los extranjeros puedan ejercer derechos con contenido político. El señor Alzaga replicó que, en todo caso, la Constitución española no reconocería a los extranjeros menos derechos políticos que la portuguesa, sino que, por el contrario, seríamos más generosos.

Muchas abstenciones

La enmienda fue rechazada por 136 votos a favor, 172 en contra y diez abstenciones. El apartado primero del artículo 12 fue aprobado con 181 votos a favor, uno en contra y 131 abstenciones. En la explicación de las abstenciones socialistas Gregorio Peces-Barba manifestó que dentro de pocos años será necesaria una reforma constitucional por no haberse aceptado su enmienda. Asimismo aludió a los graves perjuicios que el texto aprobado puede producir a los españoles emigrantes. En, todo caso, se congratuló por la interpretación auténtica ofrecida por el señor Alzaga, al declarar que no se va a restringir a los extranjeros los derechos políticos como los de reunión y asociación, «aunque no sabemos si el ministro del Interior coincidirá con esa interpretación».

El comunista señor Solé Barberá manifestó que la democracia más joven de Europa debería asumir la responsabilidad de dar a los extranjeros una condición ciudadana que en España ha sido tradicional.

La intervención de Manuel Fraga en nombre de AP en contra de estas posiciones dio pie a un abucheo desde los escaños de la izquierda.

Sobre el último apartado del artículo 12, una enmienda socialista según la cual la Constitución garantizaría el derecho de asilo de los extranjeros «perseguidos por la defensa de los derechos y libertades democráticos», no llegó a producirse debate, gracias al consenso alcanzado por todos los grupos parlamentarios.