Reacción ecologista al intento de poner precio a la Naturaleza

«La valoración ecológica de un espacio natural, de la que EL PAIS informaba en su última página del pasado día 28 de junio, es una estrategia de los terratenientes propietarios de fincas hasta ahora dedicadas a la caza y a sus diversiones, para sacar la mayor tajada posible ante la perspectiva de ser expropiados por la Administración con vistas a declarar estos territorios espacios naturales protegidos», han denunciado a EL PAIS diversos representantes de asociaciones ecologistas y de conservación de la Naturaleza.

«El mencionado trabajo -continúan diciendo-, sobre el que se basaba el reportaje, es un encargo de la familia Morenés, propietana de la finca de Las Marismillas, al despacho de un prestigioso abogado. Es preciso denunciar que en las negociaciones que actualmente mantiene la Administración con esta familia la oferta que se les hace está muy por encima del precio de mercado de fincas similares.»«No se puede basar la valoración de una finca en características que son ajenas a ella. Los gansos que invernan en esta zona concreta solamente pasan allí unos meses. ¿Es que los Morenés se consideran dueños de estos animales como para intentar cobrarlos?»

«También sabemos que otros propietarios, como los dueños de las fincas que integrarán el futuro parque natural de Montfragüe, en Cáceres, planean hacer evaluaciones similares. Consideramos que el precio de expropiación de este tipo de fincas, caso de que se produjera, debe ser el de terrenos similares en valor agrícola o ganadero.»

«Por otro lado -añaden- los criterios seguidos para intentar evaluar el precio de un águila imperial son tan inexistentes como si alguien intentara calcular el precio de una catedral gótica. Solo les falta poner precio a la lluvia que riega la hierba que permite engordar al conejo que come el águila imperial. Es absurdo.»

«Es hora de que el Gobierno actúe enérgicamente -manifiestan los ecologistas- en la expropiación de estas fincas que mantienen en manos privadas un patrimonio de toda la Humanidad. Esto no implica que quienes en estos lugares viven de la producción de la tierra tengan que resultar perjudicados. La política de declaración de parques nacionales o naturales debe debe servir para potenciar el desarrollo de estas zonas rurales, en la mayoría de los casos en el más completo subdesarrollo. Lo que no se puede consentir es que las posibles indemnizaciones por preservar un espacio natural recaigan sobre quienes no dependen para nada de estas tierras.