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Cartas al director
Opinión de un lector sobre una información publicada por el diario o un hecho noticioso. Dirigidas al director del diario y seleccionadas y editadas por el equipo de opinión

Becas-salario

El motivo de esta es recordar la persistencia de uno de tantos problemas que hay en el sistema de ayudas para la enseñanza: las becas-salario; problema que personalmente me está afectando de modo angustioso.Vea mi «odisea becario-burocrática»: a final del curso pasado, y dentro del plazo reglamentario, solicité la ayuda para el curso actual. En enero del 78 -cuatro meses después de iniciarse el curso-me comunicaron la concesión. Como, por motivos justificados, me había tenido que trasladar de centro, y tras rápida solicitud, a mitad de mayo me envían la nueva credencial. Pero algún trámite burocrático se ha debido tragar mi título de becario, con lo que aún no he podido hacer efectiva la ayuda.

Sin embargo, la amable y sonriente funcionaria del MEC me dirá: «No desespere usted, todas las semanas estamos recibiendo traslados.»

Esto evidencia que somos varios (¿cuántos?) los que hace casi un año solicitamos una ayuda del MEC para cursar estudios universitarios durante 1977 / 78, ya las alturas de junio del 78 -en pleno periodo de exámenes finales- no sabemos si gozamos o no de ese privilegio (en este mundo de paro) que se llama beca-salario.

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Unas ayudas, como las becas-salario, que se convocan para facilitar el acceso a la Universidad de la población más necesitada, trabajadores, se hace con las Siguientes condiciones:

- La obligación que la orden ministerial de convocatoria establece de «seguir sus estudios desde el comienzo del curso», y de cuyo incumplimiento se puede derivar una pérdida total o parcial de la ayuda.

- Y más, se prohibe expresamente al posible beneficiario la realización de cualquier trabajo remunerado durante el curso académico.

Pida usted una beca-salario, a comienzo de curso deje de trabajar y vaya a clase. ¡Ilusiónese! A mitad de curso le dirán que le conceden la ayuda.

Quizá, cuando recoja sus calificaciones finales recibirá el «premio» de una beca-salario.

Habrá tenido que rogar paclencia y compasión a la señora de la pensión, ¿quién sabe cuántas veces?; habrá comido veinte de los días del mes... Después habrá intentado vender libros de puerta en puerta, más tarde habrá descargado camiones... Al final habrá cogído a la desesperada un «chollo»...

Ha violado la OM, pero,¿cómo cumplirla, si aun sin cumplirla no puedes comer todos los días? Para qué hablar de otras necesidades, libros, ropa, si no puedes satisfacer las elementales.

- La Administración tendrá sus problemas, y muchos y gordos, pero aquí se está jugando -con nosotros, jóvenes, adolescentes, ofreciéndonos, creando falsas ilusiones, haciéndonos pasar un curso entero en la inseguridad de si mañana cobrarás y comerás.

-¡Ya basta de demagogias! Que haya más realidades.

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