La banca perderá más de 1.600 millones de pesetas con las restricciones crediticias
Las recientes medidas de reducción de las disponibilidades líquidas adoptadas por el Banco de España tienen por objeto limitar el exceso de dinero que circula por el país, y que se ha evaluado en unos 80.000 millones de pesetas, según manifestaron a EL PAIS fuentes próximas al Banco de España.
Este exceso de liquidez en el sistema es consecuencia de las imprevisiones de los últimos meses, durante los cuales se ha producido un aumento excepcionalmente elevado del gasto público y buenos resultados en la balanza de pagos.
Objetivos a ultranza
En el Banco de España estiman necesario mantener a ultranza los objetivos de crecimiento de las disponibilidades líquidas, que exigen un aumento medio durante el año de la famosa «té-tres-uno» del 17%, con bandas máximas y mínimas de fluctuación de, respectivamente, el 19,5 % y el 14,5 %. Durante el mes de mayo, el crecimiento de las disponibilidades fue del 23 %.La corrección del impacto negativo de las fuertes entradas de capital exterior es, según la mayoría de los expertos, el punto más importante de la actual situación económica española, ya que dicha financiación está produciendo consecuencias bastante negativas para el país. La buena marcha del comercio exterior en estos primeros meses del año ha hecho inútiles los esfuerzos por compensar el déficit exterior que el país tenía durante los últimos tiempos, de forma que hemos pasado de una situación muy mala en materia de pagos exteriores a otra excedentaria. Y es este superávit, escasamente controlado por las autoridades económicas, el que crea el aumento de las disponibilidades.
Para reducir el superávit exterior, algunos habían aconsejado la revaluación de la peseta, medida que ha sido ampliamente rechazada, a pesar de que, en la realidad, la peseta se está revaluando lentamente, en parte como consecuencia de la especulación reinante en el mercado.
La alternativa propuesta para reducir el impacto negativo que sobre la estabilidad interna de la economía está teniendo el superávit exterior de pagos debería ser corregida, según la mayoría de los expertos, mediante una serie de medidas simultáneas, entre las que podría estar una rebaja lineal de los aranceles y la creación de un mercado de financiación a largo plazo en el país.
La segunda de estas dos medidas exigiría en estos momentos el freno de los estímulos a las empresas españolas para que se financien en el exterior. En este terreno se están produciendo incluso contrasentidos que revelan poca coordinación económica. El Instituto de Crédito Oficial ha solicitado un crédito internacional de 75 millones de dólares, que ha ingresado en el país durante este mes. Con este crédito, el Instituto ha facilitado fondos a los bancos oficiales que estaban a punto de experimentar un colapso en su actividad. Fuentes bien informadas han señalado a EL PAIS que este crédito internacional ha sido necesario por la negativa del Tesoro a facilitar dinero al crédito oficial, y que su negociación se ha realizado de espaldas a la Dirección General de Política Financiera, del Ministerio de Economía. Los contrasentidos en este terreno son numerosos, ya que varias empresas públicas gestionan, en estos momentos diversos créditos en los mercados internacionales.
La financiación de las empresas españolas, sean públicas o privadas, en los mercados internacionales del dinero debería ser cortada en estos momentos, según muchos expertos consultados por EL PAIS. Si entra mucho dinero exterior y siguen produciéndose saldos positivos en la balanza de pagos, la única alternativa monetarista que le queda al Gobierno para impedir que la masa monetaria crezca por encima de lo previsto es reducir el crédito interior, que es precisamente lo que se está haciendo, con las inevitables consecuencias negativas para la financiación de las empresas en el interior del país y, en definitiva, estimulando la aparición de mayor nivel de paro.
El estímulo para la creación de un mercado a largo plazo de financiación en España está siendo considerado en estos momentos como tema prioritario por muchos expertos, ya que nuestro sistema financiero carece de dispositivos adecuados para facilitar fondos a más de cinco años a las empresas españolas en condiciones adecuadas. Este tipo de financiación es precisamente la que obtienen las empresas españolas en el exterior en estos momentos, por lo que si se limitan de forma considerable los créditos extremos, hay que crear paralelamente unos circuitos de financiación interior a largo plazo capaces de suministrar a las empresas españolas los recursos necesarios para que inviertan.
Esta posibilidad ha sido limitada hace unos meses, con la supresión de numerosos recursos que se dedicaban a la financiación a largo plazo, por lo que la situación de la economía española en este terreno es actualmente bastante lamentable. Tras la reforma financiera del otoño pasado, España carece de un mercado a largo plazo -el que tenía era, de todas formas, injusto y deficiente en la asignación de los recursos y pocos lo echan de menos- y nuestro país se ha convertido en uno de los peor dotados para facilitar fondos a plazo largo a las empresas. La banca española está acostumbada a financiar a corto y el ahorro se mantiene en posición líquida, por lo que el papel de intermediación financiera de la banca española ha sido traspasado estos últimos años a la banca extranjera, que es quien se beneficia de nuestros problemas económicos.
Una de las posibilidades en este sentido es el estímulo de las emisiones de renta fija pero la actuación del sector público en esta materia en las últimas semanas ha sido calificada de lamentable por medios solventes. Nada menos que tres emisiones de renta fija han salido al mercado, una de Hacienda, otra del Banco Hipotecario y la tradicional del Instituto Nacional de Industria, con tipos de interés diferentes. Las Cajas de Ahorros se han reservado la del INI, que era la que tenía un tipo de interés más elevado, mientras que las otras dos las ha dejado para el ahorro privado y apenas ha tomado cantidad alguna. Medios bancarios señalan a este respecto que las emisiones de renta fija podrían favorecer a las grandes empresas y no a las pequeñas, que son las que hacen mayor volumen de inversión. Pero en ese caso sucedería al menos lo mismo que ya sucede con la financiación internacional, sólo asequible a las grandes empresas. De todas formas, algunas iniciativas recientes, tanto públicas como privadas, para aportar a las pequeñas y medianas empresas podrían asumir el papel de captación de recursos a largo plazo por medio de emisiones de renta fija, que posteriormente pasarían a las empresas medianas y pequeñas. Por otra parte, los tipos de interés en un futuro mercado a largo plazo podrían ser flotantes y no fijos, como sucede en los mercados internacionales, con lo que se estimularía el interés de la banca por un mercado tan necesario.
Las pérdidas de la banca
Por otra parte, las recientes medidas de restricción monetaria van a tener un impacto negativo de cierta consideración sobre el sector bancario, según cálculos realizados por algunos bancos. La reducción del coeficiente de caja y de las líneas de redescuento podrían provocar un descenso en el nivel general de beneficios de la Banca que se situaría entre los 1.600 y los 1.800 millones de pesetas, según fuentes bancarias que han comentado a EL PAIS el impacto de las medidas.En cuanto a estas últimas, anteayer se ha publicado una disposición del Ministerio de Economía por la que se restablece el depósito obligatorio para los incrementos en los saldos acreedores de la Banca en pesetas para pagos en España y pesetas convertibles. Estas dos partidas ascendían a finales de marzo, respectivamente, a 55.609 millones y a 23.630 millones de pesetas, con un incremento en los tres primeros meses de unos 4.600 millones de pesetas. Los incrementos que se produzcan de ahora en adelante en estas cuentas serán congelados, lo que supone una reducción adicional de la cantidad de dinero en circulación.
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