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Seis detenidos, varios heridos y fuertes multas, a consecuencia de los sucesos de Móstoles

Los enfrentamientos entre vecinos de Móstoles y miembros de la Guardia Civil y la Policía Armada se prodigaron de nuevo ayer, desde las siete y media de la tarde hasta pasadas las once de la noche. A los tres detenidos en la jornada del lunes -Manuel Ignacio León Grande, Martín Iglesias Arévalo y Ricardo Domínguez Vives- hay que añadir otras tres personas detenidas ayer, cuya identidad no se ha dado a conocer. El Gobierno Civil ha castigado con sendas multas de medio millón de pesetas a Carlos Madrid, presidente de la asociación de vecinos y a Pedro Antonio Díaz Ortega, un vecino sin adscripción política acusado de «destacarse en la incitación de desórdenes».

A las siete y media comenzó una asamblea en la plaza de Pradillo, a la que asistían unas trescientas personas. Representantes de los partidos políticos daban cuenta de la decisión conjunta tomada, en el sentido de desconvocar las movilizaciones en la calle y recurrir a la vía de la negociación. Cuando un vecino cogió el megáfono y habló en términos más radicalizados la Guardia Civil cargó muy duramente. Se practicaron tres detenciones y varios contusionados. Los vecinos replicaron con lanzamientos de piedras e insultos.A partir de entonces las cargas, dispersiones y reagrupamientos de vecinos menudearon. En uno de los intervalos de tranquilidad la Guardia Civil se retiró de la plaza y fue sustituida por la Policía Armada, que montó un sistema de vigilancia por todas las calles cercanas muy fuerte.

En cualquier caso, las cargas de la policía fueron mucho más moderadas y su intención parecía ser la de dispersar a los manifestantes sin insistir demasiado en su persecución. Aun así, se produjeron varios momentos de dureza, con botes de humo por un lado y lanzamientos de piedras y barricadas por otro.

A media tarde miembros de la asociación de vecinos repartían un comunicado exigiendo el equipamiento sanitario preciso en el pueblo. Casi al mismo tiempo, militantes del PSOE difundían un comunicado condenando la acción de grupos violentos, venidos de otros pueblos, con fines electoralistas, para manipular a algunos vecinos que, llevados de su buena fe, se lanzan a acciones que pueden desencadenar una espiral de violencia.

Cerca de las nueve de la tarde se llegó a una especie de tregua con la Policía Armada. Una comisión de vecinos iría al cuartel de la Guardia Civil para procurar la puesta en libertad de los tres detenidos, mientras el grueso de manifestantes esperaba en la plaza, vigilados muy de cerca por varios coches-patrulla.

Simultáneamente los partidos políticos se reunían en la sede del PSOE, sin conocer los últimos acontecimientos ocurridos en la plaza. Al menos los primeros quince minutos de la reunión se destinaron a tratar querellas y recelos entre ellos. La conclusión Final fue enviar un telegrama al Gobierno Civil exigiendo la inmediata puesta en libertad de los detenidos. Se decidió asimismo crear una comisión de partidos para gestionar el problema, excepto CC OO y PCE, que decidieron apoyar las actuaciones de la asociación de vecinos.

A las doce de la noche no se conocía la situación de los tres detenidos ayer. Poco después de que la comisión se dirigiera al cuartel de la Guardia Civil, grupos de jóvenes más radicalizados comenzaron a lanzar consignas y levantar nuevas barricadas, lo que produjo otra serie de intervenciones de la policía hasta muy entrada la noche.

Alfonso Rojo, fotógrafo de Diario 16, fue agredido por un miembro de la Guardia Civil en el curso de la manifestación. El redactor gráfico presentó posteriormente la denuncia.

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