_
_
_
_
Tribuna:TRIBUNA LIBRE
Tribuna
Artículos estrictamente de opinión que responden al estilo propio del autor. Estos textos de opinión han de basarse en datos verificados y ser respetuosos con las personas aunque se critiquen sus actos. Todas las tribunas de opinión de personas ajenas a la Redacción de EL PAÍS llevarán, tras la última línea, un pie de autor —por conocido que éste sea— donde se indique el cargo, título, militancia política (en su caso) u ocupación principal, o la que esté o estuvo relacionada con el tema abordado

Vallecas: realojamiento o expulsión / y 2

Miembros del equipo LURLas condiciones ofrecidas por la Administración son resultado, en buena medida de la negociación «en frío» (escasa participación vecinal, ausencia de movilizaciones, papel preponderante de los técnicos de los vecinos), llevada por la Coordinadora de Asociaciones.

-En una primera fase, la amenaza de expulsión provoca una movilización y organización ascendente de los vecinos, que culmina en una manifestación de 20.000 personas en julio de 1976. El movimiento tiene un carácter defensivo: los vecinos se movilizan por unos derechos mínimos: permanecer en el barrio, vivienda por vivienda para propietarios, vivienda al 10% del salario para inquilinos, local por local para comercio y talleres. Ante la presión, la Administración suspende las licencias de construcción por un año.

Se produce un cambio sustancial; la vía directa (planteamiento de necesidades -respuesta de la Administración- estudio y crítica por los vecinos) se sustituye reduciendo el problema a una dimensión técnica en precario: estudio de posibles soluciones por los técnicos de los vecinos -información y discusión técnica con los vecinos- propuesta a la Administración. Al tener que ajustarse los técnicos a una legislación que no recoge los problemas de los vecinos, llegan incluso a darse contradicciones entre reivindicaciones vecinales y propuestas. Se propugnan juntas de compensación, o bien, escritura por escritura y vivienda de bajo alquiler se transforman en las propuestas en viviendas nuevas que deben ser pagadas, pagando más los que menos tienen, destruyendo prácticamente la plataforma unitaria de propietarios-inquilinos, como en el ejemplo siguiente, en un «estudio» de financiación: «En todo caso, el valor del terreno aportado por cada propietario habrá de tenerse en cuenta reduciendo el importe del precio aplazado del piso que se reciba, a costa de aumentar la deuda de los actuales inquilinos, con lo que el resultado será que éstos pagarán mensualidades más altas que aquéllos para amortizar sus créditos hipotecarios.»

Esta segunda fase finalizará con una Asamblea General (la única del período) en abril de 1977. En su preparación se reflejan los temores de las asociaciones al tener que dirigirse al movimiento sin haber dado un paso adelante. El tomar las decisiones en círculos reducidos (juntas directivas o coordinadora) ha supuesto la desaparición de la organización de la base. Así, como único objetivo de la asamblea se fija el pronunciamiento de los vecinos sobre el derecho de realojamiento en el barrio, sin fijar condiciones.

En mayo de 1977 la Coplaco acuerda que «se deberá procurar como fin primordial y prioritario el realojamiento en las zonas afectadas o periféricas de los actuales residentes en la misma». La iniciativa de la Administración se encamina a revisar los sistemas de actuación para delimitar los polígonos de expropiación en el terreno de los pequeños propietarios para edificar Viviendas sociales (de las que por entonces no hay ninguna en construcción por falta de terreno barato. pese a estar previstas 150.000 para ese año). Días antes el terreno público de Vallecas ha sido cedido a Visomsa, a la que se cita en el acuerdo. haciendo referencia como medio de realojamiento en las viviendas sociales.

La Administración ya tiene una base de negociación. y la Coordinadora algo que ofrecer a los vecinos: «lo importante es que se hagan viviendas, llámense como se llamen, después ya discutiremos las condiciones». De este modo no se pondrán en conocimiento de los vecinos los precios, superficies y demás condiciones fijadas en el BOE, excepto en Palomeras Centro (la asamblea rechaza enérgicamente las viviendas sociales), los Huertos y Cerro del Tío Pío. Así se da la aceptación tácita de la entrada en juego de Visomsa, pese a que los vecinos siempre han pedido la promoción directa por el Ministerio.

El 8 de julio se acuerda por Coplaco llevar a cabo una actuación que engloba al área de los tres planes, quedando todos los terrenos sometidos al sistema de expropiación, responsabilizándose de la misma el INV, INUR, Coplaco y Gerencia, y donde nuevamente se cita a Visomsa como beneficiaria.

Tras el verano, la mayoría de las asociaciones relega la consecución de las reivindicaciones inmediatas a la constitución de una sociedad anónima administración-asociaciones. Los objetivos unitarios (cita dos) se marginan, centrando las discusiones en el articulado de los estatutos de la sociedad. Así se lleva a los vecinos a un terreno de discusión complejo y se plantea la cuestión de la unidad de forma in correcta: no se plantea sobre los objetivos comunes, y la presión sobre dichos objetivos, sino sobre los instrumentos de la administración, sobre la entrada en la sociedad. La presentación que se hace de la misma llega incluso a ser falsa: «El único propietario de terrenos es el Estado, la sociedad va a controlar y llevar adelante toda la actuación en Vallecas...». Siete asociaciones deciden entrar en la misma. No lo hacen Centro y Cerro; lo que en las octavillas se presentará como «la solución real al Plan Parcial» es una gestora sin poder ejecutivo que no vincula a ninguno de los agentes privados, ni organismos públicos:

Este tipo de negociación no permite responder a las agresiones que se van produciendo: cuando en noviembre de 1977 el Ministerio dice que la expropiación de grandes propietarios es inviable, sólo una asociación se moviliza encerrándose en una iglesia: Centro. Cuando en los primeros meses del 78 algunos vecinos reciben respuesta a su solicitud de vivienda, les ofrecen viviendas sociales en Madrid o pueblos de la provincia, y se enteran que las viviendas de Fontarrón se ofrecen a otros barrios, Cerro, Centro y Huertos ocupan simbólicamente los solares. La mayoría de la Coordinadora se conforma con respuestas en el aire.

El mapa político

La ORT ha protagonizado esta vía de negociación. Su postura cambiante y confusa, a menudo, ha tenido una influencia capital en la desorientación actual. En sus declaraciones. la ORT rechaza las viviendas sociales, pero las acepta en su práctica: su mayor esfuerzo en la última temporada se ha centrado en ser reconocida por parte de la Administración como interlocutor principal en Vallecas.

El PCE, que ha aceptado la política de vivienda del señor Garrigues a cambio de unas contrapartidas en el aire, que no ha criticado, m en el Parlamento ni fuera, los intereses privados que mueven esta política, se ha limitado a estar en la Coordinadora esperando jugar su baza tras las municipales. Para el PCE, reivindicar vivienda por vivienda es demagogia, expropiar a los grandes propietarios, robo inviable; no aceptar las viviendas sociales, es utopía, términos del mitin reciente de este partido en Palomeras Centro.

De las organizaciones con menor peso político en la zona, la LCR, aunque preconiza una vía de negociación en directo y, por tanto, con una incidencia importante en las pocas movilizaciones que han agrupado a una franja del movimiento en los últimos meses, no ha sido capaz de centrar su intervención ni capitalizar la presión, ejercida para desbloquear el marco cerrado de la Coordinadora.

Comités Obreros no pasa de reivindicar las viviendas en las condiciones de siempre, sin dar respuesta a los pasos intermedios. En Cerro son, en parte, responsables, junto con el PCE (que además abandonó la asociación), de enfrentamientos que han provocado una fuerte crisis en la asociación.

Sin embargo, para un conflicto que, como en Vallecas, contrapone los derechos de 12.000 familias por un cuadro de vida digno, y el modelo de ciudad capitalista, lograr el éxito exige una organización de base que englobe a todos los afectados, una centralización democrática de las decisiones de cada barrio y un frente de organizaciones obreras que elabore un programa unitario y lo lleve adelante.

Hoy no existe política de vivienda barata, ni hay previstas medidas financieras o de gestión que respondan a las necesidades de los trabajadores.

Ante esta situación, las alternativas deberían articular medidas concretas en respuesta a las necesidades y que para Vallecas podrían ser:

- Reconocimiento de las plusvalías creadas por los vecinos. Abolición de los sistemas de actuación en base a la propiedad del suelo y establecimiento de fórmulas, de permuta considerando a la vivienda como un bien indispensable.

- Compromiso por el Estado de promoción directa sin intermediarios, responsabilizándose el ministerio. Sobran Visomsa y Orevasa.

- Aprobación de la legislación de promoción directa que recoja expresamente los problemas de los parados, jubilados, inquilinos...

Parece que las condiciones probables de construcción directa, pueden ser:

-Posibilidad de subvención hasta el 30%.

Créditos a 35 años, el 75% sin interés, el 25% con el 5% de interés.

Deducción del valor de la vivienda y del terreno actual.

- Medidas contra el paro en la construcción en Vallecas: fondos urgentes para la edificación y urbanización.

- Plan de realojamiento a cargo de la Administración, en el que la primera etapa sería Fontarrón; la segunda, Palomeras sureste, y la tercera, los terrenos libres de los grandes propietarios. Con los terrenos cedidos por los vecinos se amortizaría el capital público inicial.

- Censo para establecer un plan de prioridades por áreas o familias.

- Medidas contra los solares retenidos con fines especulativos: expropiación según los índices de contribución territorial, y constitución de un patrimonio público de suelo.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_