Críticas de sindicatos y congresistas a Carter
La política exterior de la Administración Carter fue puesta en tela de juicio por un grupo de influyentes congresistas y por la poderosa central sindical AFL-CIO. Ambas críticas coinciden en calificar de «confusa» la política internacional del Gobierno norteamericano.Sol Chaikin, un destacado líder del sindicato AFL-CIO, dijo en Washington que la política exterior desarrollada por la Administración Carter estaba creando un «sentimiento creciente de inseguridad e incertidumbre» entre los norteamericanos. Chalkin criticó la actitud indecisa de Carter respecto a la bomba de neutrones y acusó al Gobierno norteamericano de ceder terreno a la Unión Soviética en las conversaciones SALT II.
Es la primera vez que la central sindical, cuyo respaldo a la candidatura de Jimmy Carter fue decisivo en las elecciones presidenciales de 1976, ataca al Gobierno en el campo de la política internacional.
Las críticas de Chaikin se produjeron, además, en una reunión de la «comisión trilateral», que se celebra en Washington, y de la que es miembro el dirigente sindical. Creada en 1973 por el banquero David Rockefeller, la comisión trilateral agrupa a unos doscientos políticos, universitarios y hombres de negocios de Norteamérica, Europa y Japón. El presidente Carter era miembro de esta organización y cerca de una veintena de los hombres clave de su Gobierno, entre ellos Mondale, Brzezinski, Vance y Young, proceden de la misma.
Por otra parte, catorce congresistas enviaron una carta al presidente en la que expresan su preocupación por lo que parece ser un cambio en la política exterior de Estados Unidos. Los congresistas, miembros del Comité de Relaciones Internacionales de la Cámara de Representantes, piden a Carter en su escrito que clarifique la «confusión y la duda» que su comportamiento en política internacional ha creado en el país y en el Congreso.
La carta de los legisladores se redactó antes del discurso del presidente Carter en la academia naval de Annapolis, la semana pasada, destinado precisamente a «clarificar» el estado de las relaciones entre EEUU y la URSS. Sin embargo, los congresistas pensaron que las dudas siguen sin despejarse y enviaron la carta a la Casa Blanca.
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