Informe de Amnesty sobre malos tratos en el Uster
Un programa de la tercera cadena de la televisión británica que debía haber sido emitido el jueves por la noche y cuyo eje era un informe de Amnesty International sobre malos tratos a detenidos políticos en el Ulster, ha sido prohibido en el último momento por el organismo que controla esta cadena independiente. Simultáneamente, el ministro para Irlanda del Norte, en respuesta a una interpelación parlamentaria, anunciaba en los Comunes una investigación oficial sobre los hechos revelados por Amnesty.
Aunque el documento de la organización que se ocupa de los «prisioneros de conciencia», no aparecerá hasta el martes próximo, «filtraciones» a diversos informativos han permitido saber que en varios de los 78 casos investigados hay «evidencia concluyente» de daños físicos y psicológicos infligidos por la policía del Ulster a detenidos al amparo de las vigentes leyes antiterroristas.
El equipo que había preparado el programa monográfico prohibido ha calificado de «lamentable censura política» la medida de la autoridad televisiva. Los técnicos de la cadena ITN, por su parte, y en solidaridad con sus compañeros se negaron a reemplazar el programa, por lo que la pantalla permaneció en blanco durante algunos minutos.
Presiones políticas
La explicación dada por la IBA (Independent Broadeast Authority), es que cualquier polémica sobre el informe de Amnesty debe ser pospuesta hasta su aparición oficial. Nadie duda, sin embargo, de que son las presiones políticas las causantes del incidente.A comienzos de semana, Amnesty recibió una carta del ministro para el Ulster en la que se pedía la demora de la publicación de su informe, hasta que el Gobierno hubiera decidido el tipo de respuesta conveniente a las alegaciones que en él se formulan. La respuesta fue anunciada anoche en el Parlamento, tras una interpelación del Partido Laborista y Social Democrático, la voz de la minoritaria comunidad católica en la provincia británica.
Las dos conclusiones fundamentales del informe elaborado por Amnesty, en el que se aportan datos concluyentes sobre la veracidad de algunas denuncias, son la necesidad de que los abogados puedan estar en contacto con sus clientes mientras son interrogados, y la conveniencia de una urgente modificación del sistema de reclamÍiciones contra el comportamiento policial. La diversidad y frecuencia de estas alegaciones han llevado al jefe de policía del Ulster a estudiar la instalación de un sistema televisivo por circuito cerrado para la vigilancia de los interrogatorios.
El tupido velo informativo que habitualmente oculta los acontecimientos menos aparatosos que tienen a Irlanda del Norte por escenario, se levanta en pocas ocasiones. La de ayer es una de ellas. Otra se producirá el lunes en Nueva York, aunque desde otra perspectiva, cuando uno de los tres miembros dirigentes del Movimiento de Paz del Ulster se dirija a los asistentes a la sesión sobre desarme de las Naciones Unidas.
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