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Felipe González: "No caeré en la tentación de un radicalismo verbal"

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El secretario general del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), Felipe González, reiteró ayer su tesis sobre el marxismo, asumió y se mostró orgulloso de la historia de su partido y repitió su creencia de que el PSOE estará «quizá muy pronto» en el poder.

El señor González destacó también la aportación que el liberalismo histórico ha prestado al socialismo actual y rechazó la idea de que su partido vaya a ser víctima de una «burocratización socialdemocratizante».Felipe González hizo un análisis de la actitud actual del PSOE con ocasión de la presentación, protagonizada por él y por el historiador Joaquín Romero Maura, del libro del profesor británico Paul Preston «La destrucción de la democracia en España. Reacción, reforma y revolución en la Segunda República».

El PSOE del tiempo presente -dijo Felipe González- es un partido que se alimenta de una serie de fuentes, una de las cuales es el marxismo, que debe admitirse sin sacralizaciones. El socialismo vive, además, de otras aportaciones, entre las que el líder del PSOE citó como «muy enriquecedora» la del liberalismo.

Entre las características de la acción socialista en este momento, Felipe González citó el realismo, la radicalidad -en el sentido de que va a las raíces- y la moderación. Durante su discurso repitió varias veces este último concepto.

Como responsable del PSOE -dijo el líder socialista- «afirmo que no caeré en las tendencias demagógicas de un radicalismo verbal. El Partido Socialista tiene la gran ocasión histórica de ajustar las palabras a los hechos, y viceversa». En este planteamiento dijo Felipe González que en el PSOE hay unanimidad.

El libro de Preston es un análisis crítico de la historia de la Segunda República, con referencia especial a las actitudes del PSOE y la CEDA. A esta última coalición -confederación de derechas-, Felipe González la identificó con la actual Unión de Centro Democrático, «salvando las distancias». «Esperemos que UCD -indicó- no sea la CEDA de hoy ni la de mañana, cuando se halle en la oposición.»

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Con respecto al citado período histórico y su comparación con el presente, Felipe González estimó que las relaciones de fuerzas que se dan en la actualidad no son tan antagónicas como entonces.

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