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Preocupación en Tel-Aviv por las amenazas de guerra de Sadat

«Las amenazas de guerra del presidente egipcio, Anuar el Sadat, no impedirán a Israel continuar los esfuerzos para reanudar el diálogo con Egipto, pero constituyen, indudablemente, un obstáculo suplementario en el camino de la paz», afirmó ayer una fuente altamente autorizada de Jerusalén, tras las declaraciones de Sadat ante el II Ejército egipcio, en Ismailía.

La citada fuente ha pedido que no sean citados ni su nombre ni su cargo «para no echar aceite al fuego». «Lamentamos las palabras del presidente egipcio, pero no queremos decir ni hacer nada que pueda entorpecer la reanudación de las conversaciones», ha añadido esa personalidad israelí.Con relación a esto, se resalta en Jerusalén que Estados Unidos han aconsejado ya al presidente Sadat que no se ate las manos con declaraciones belicosas, recordando la fecha de octubre de 1973. Se cree saber también en Jerusalén que Washington se ha visto «desagradablemente sorprendido» por las declaraciones conminatorias procedentes de El Cairo. El presidente Sadat afirmó en Ismailía que sus tropas debían estar preparadas para lanzarse de nuevo al otro lado del canal de Suez si Israel no desbloqueaba el diálogo.

En los medios del Ministerio del Exterior israelí se considera que no hay que tomar a la ligera o subestimar las amenazas de guerra de Sadat. En esos medios evitan juzgar esas amenazas exclusivamente en función del potencial militar actual de Egipto. Sin duda, el Ejército egipcio está subequipado y cortapisado por el cambio del armamento de origen egipcio por el de procedencia occidental. Según toda lógica, Egipto estaría imposibilitado de atacar a Israel antes de dos o tres años, por lo menos. Las amenazas de Israel serían retóricas, o bien propaganda destinada a reforzar las presiones sobre Israel.

No obstante, los expertos del Ministerio del Exterior hebreo recuerdan que es necesario tener en cuenta que los árabes han desencadenado guerras que sabían que no iban a ganar militarmente, pero de las que sacaban ventajas políticas. Así, Sadat y Assad supieron en 1973 transformar una derrota militar en victoria política.

Preocupación israelí

Se espera en Jerusalén que los dirigentes norteamericanos no se dejarán convencer por el ministro de la Guerra egipcio, actualmente en visita a Washington, y no entregarán a Egipto armamento sofisticado. Los medios políticos y militares de Jerusalén se muestran preocupados por el argumento que ya utilizó Sadat cuando pidió al presidente norteamericano Jimmy Carter «un armamento similar al recibido por Israel» y que ahora repite el general Gamassi.Los egipcios afirman y repiten insistentemente a los norteamericanos que «los israelíes mantendrán su intransigencia mientras estén convencidos de que no tienen nada que temer de Egipto en caso de guerra».

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En Jerusalén se observa con preocupación creciente la evolución de las relaciones Washington-El Cairo, a pesar de las declaraciones de fidelidad en dirección a Israel, repetidas por Carter, y Egipto hace cada vez más el papel de partenaire privilegiado de Estados Unidos.

Según los estratesgas norteamericanos, Egipto es el país clave para impedir cualquier penetración soviética en Oriente Próximo. Egipto, además, se ha convertido, junto con Marruecos, en un factor importante para frenar los progresos soviéticos en África. Así, se preguntan en Jerusalén, si la Casa Blanca se prepara para sacrificar los intereses de Israel en aras de la lucha antisoviética al sur y al este de la cuenca mediterránea.

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