El regreso de Arnulfo Arias alienta a la oposición panameña
Una operación política, de amplias perspectivas, se iniciará el próximo día 10 de junio en Panamá. En esa fecha regresará al país el ex presidente Arnulfo Arias, de 83 años, último mandatario constitucional panameño, derrocado por una acción militar en 1968.
Arnulfo Arias es el máximo dirigente del Partido Panameñista, formación política de sentido y corte nacionalista. El ex presidente goza de gran prestigio en las clases medias panameñas y es una especie de ídolo recordado entre el campesinado. Su actividad pública, claramente populista, le convirtió durante largos años en el más importante dirigente político de su país. Arias ocupó por primera vez la presidencia de la República en 1943.
La operación retorno cuenta con el apoyo de la mayoría de los partidos políticos panameños, cuya actividad se ha reiniciado después del anuncio de Omar Torrijos sobre la autorización de regreso al país de exiliados políticos y las promesas de permitir el libre juego de los partidos. La justificación de la operación es que, en la alternativa entre la dictadura de Torrijos y la democracia, el paso inicial necesario es el retorno a la constitucionalidad interrumpida por los militares: esa constitucionalidad está representada por Arnulfo Arias.
El ejemplo dominicano
El propio ex presidente, que a pesar de su avanzada edad conserva absoluta lucidez, ha expresado su deseo de trabajar para la causa de la restauración democrática panameña. Su propósito es el de fortalecer un partido que sea capaz de serlo aún después de su muerte y, al mismo tiempo, servir de cuna para la consolidación de otras formulaciones partidarias.El grupo político que con más entusiasmo está auspiciando esta operación es el Partido Socialdemócrata de Panamá, con la esperanza, quizá, de que, después de la desaparición de Arias, las bases que hoy integran el panameñismo pasen a engrosar las filas socialdemócratas, hoy bien nutridas de cuadros dirigentes, pero escasas de militantes de base.
Como parte complementaria e importante de la operación política que se iniciará con el retorno de Arnulfo Arias, exiliado en Miami desde hace diez años, la oposición a Torrijos va a comenzar una campaña para llamar la atención sobre el significado de las elecciones legislativas y presidenciales, que se han de celebrar en agosto próximo. Los dirigentes de los partidos políticos piensan que el ejemplo de la República Dominicana es lo suficientemente expresivo para ilustrar lo que ha de suceder en Panamá en agosto.
En todo este panorama, la actitud que adopte Omar Torrijos es muy importante. La mayoría piensa que el actual jefe del Gobierno maniobrará para permanecer otros seis años en el poder, bien como presidente de la República o bien como «Iíder máximo» del país, que es como la Constitución le señala. Para este último caso sería preciso que la nueva Asamblea, resultante de las elecciones de agosto, prorrogase su mandato, que expira justamente dentro de dos meses y medio.
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