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Las revelaciones sobre Leone pueden ser una maniobra para anticipar las elecciones

Juan Arias

En el ambiente político de Italia existía ayer cierta preocupación porque se piensa que las nuevas acusaciones de escándalo contra el presidente, Giovanni Leone, pueden significar una maniobra para que dimita antes de empezar el «semestre blanco» y forzar la celebración de elecciones anticipadas. ¿A quiénes podrían interesar en este momento unas elecciones generales? Evidentemente a democristianos y socialistas, en primer lugar. Pero la secretaría del presidente de la DC, Benigno Zaccagnini, ha descartado categóricamente que intente llevar el partido hacia esta aventura, que supondría un deterioro del cuadro político general.

Se trataría, en todo caso, de una maniobra de la derecha democristiana, que le gustaría aprovechar el último triunfo electoral en clave anticomunista. De hecho, Donat Cattin, el terrible ministro de Industria, enemigo de Zaccagnini, declaró ayer en una entrevista al semanario Oggi que es inútil que los comunistas aprieten ahora para entrar en el Gobierno, porque el «no» de la DC será rotundo.Pero el secretario de la DC, hablando ayer a todos los secretarios provinciales y regionales reunidos en Roma, les repitió lo que ya habla declarado a EL PAIS; es decir, que el premio que los electores han dado a la DC confirma la política de diálogo con las otras fuerzas políticas sin excluir a los comunistas; «política -dijo- que es la herencia de Aldo Moro».

Entre comunistas y socialistas se intenta mantener la calma. Ayer escribía Avanti, órgano del PSI, que « no habrá guerra entre socialistas y comunistas». Era una respuesta indirecta a Ugo la Malfa, que había pedido un encuentro de socialistas y comunistas para «aclararse». Avanti escribe que no es necesario que se encuentren Berlinguer y Craxi «para decirse que no están en guerra».

Sin embargo, hay quien piensa, como los republicanos, que la tensión entre los dos partidos mayores de la izquierda seguirá aumentado. El diario La Repubblica da a entender que hay quien piensa que uno de los interesados en la dimisión de Leone para anticipar las elecciones pueda ser Craxi.

Por otro lado, los comunistas están muy, preocupados por la actitud de los socialistas ante los referéndums del próximo día 11. Aumenta, en efecto, el número de intelectuales del área socialista que anuncian el «sí» a la derogación de la ley Reale (sobre el orden público) y que alaban el gesto del PSI que deja libertad de conciencia a los socialistas. Estos intelectuales, como Bocca, por ejemplo, se lamentan que los partidos exijan que los ciudadanos voten de un determinado modo porque el referéndum es una institución que nació como único ejemplo de «democracia directa» para controlar la democracia de partidos y del Gobierno.

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País de procesos

Mientras tanto, en Italia, país de los «juicios», se están desarrollando una serie de procesos como el de la Lockheed, el de las Brigadas Rojas, el de la matanza de la plaza Fontana y el del golpe Borghese. Y está en sus comienzos el desatado por el escándalo de la «lírica», por el que ya más de cuarenta personas han sido encarceladas.

De estos procesos está terminando el del golpe Borghese, de carácter fascista. Ayer el juez Claudio Vitalone pidió casi cinco siglos de cárcel para 62 acusados. Se, trata del fallido golpe de Estado de derechas en diciembre de 1970, atribuido al difunto conde Borghese. «Si no tuviéramos en cuenta las circunstancias atenuantes -dijo el juez-, en esta aula habría resonado muchas veces la terrible palabra «cadena perpetua».

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