Huntington Beach, el enclave trumpista del sur de California

Entre las tantas ciudades de la costa californiana que se prestan para el deporte, a Huntington Beach le dicen la Surf City, la ciudad del surf. Tiene muelle sobre el Pacífico, atardeceres dorados, jubilados, turistas, surfistas y jugadores de voleibol el año entero. Está a unos sesenta kilómetros al sur de Los Ángeles, en el condado de Orange. Originalmente de clase trabajadora un poco conservadora, desde la pandemia esta ciudad se fue convirtiendo en el epicentro del trumpismo en California, en pugna legal y política con el Estado, mayoritariamente demócrata. Hoy en día, Huntington Beach es a California, lo que California es al Washington de Donald Trump.

Todo comenzó en 2020, cuando los residentes de Huntington Beach protestaron por el cierre de las playas y el uso de mascarillas decretado por el Estado. Mientras los demás cerraban sus comedores en espacios cerrados y exigían prueba de vacunas a sus comensales, algunos restaurantes de la ciudad exigían retirarse el barbijo para entrar y alentaban a la clientela no-vacunada: vengan a cenar. En 2022, los republicanos y partidarios del movimiento MAGA (Make America Great Again) ganaron la mayoría de los escaños del Consejo Municipal (4-3) y en las elecciones de noviembre pasado, obtuvieron la mayoría absoluta de siete escaños y otros cargos, como la secretaría de la ciudad, la tesorería y la fiscalía. En diciembre, los concejales y el fiscal de la ciudad, Michael Gates, posaron para las fotos con sus gorras rojas al tomar posesión. Este año, el fiscal Gates renunció para unirse al Departamento de Justicia del presidente Trump, en el cargo de fiscal general adjunto auxiliar de la División de Derechos Civiles.

La mayoría republicana en el Concejo Municipal ha tomado medidas controvertidas, como la propuesta de establecer un comité de censura para los libros infantiles que se leen en las bibliotecas públicas o la de privatizar las bibliotecas directamente. Los vecinos liberales han protestado y las reuniones públicas del Ayuntamiento se han ido caldeando. La semana pasada, los concejales aprobaron colocar una placa en la biblioteca central de la ciudad donde se leen las siglas “MAGA”, alusivas al eslogan de campaña de Trump. El acrónimo, que supuestamente celebra el 50 aniversario del sistema de bibliotecas, dice en inglés: “Magical, Alluring, Galvanizing, Adventurous”, que se traduce a “Mágico, Atractivo, Galvanizador, Aventurero”.

Entre los residentes que protestaron en la reunión del Ayuntamiento estaba el exjugador de la NFL Chris Kluwe. “Todo el mundo está a favor de una placa para celebrar el aniversario de la biblioteca, pero la gran mayoría está en contra de incluir el acróstico de MAGA (...) MAGA es explícitamente un movimiento nazi (...) Ahora voy a participar en la honorable tradición estadounidense de la desobediencia civil pacífica”, dijo el exdeportista y acabó detenido por tres policías que lo tumbaron al piso y lo esposaron. El pasado jueves, Kluwe dijo a medios locales que fue despedido de su trabajo como entrenador en una secundaria de la ciudad como consecuencia de este episodio: “Esto es lo que MAGA le hace a una comunidad. No se enfoca en lo que es mejor para los niños, sino en lo que hace sentir mejor a la gente de MAGA”.

Así como la fiscalía de California ha liderado batallas legales contra las políticas federales aprobadas por el presidente en temas como migración, derechos reproductivos y medio ambiente, la fiscalía de Huntington Beach se ha enfrentado en las cortes a las políticas del gobernador del Estado, el demócrata Gavin Newsom, en temas como las votaciones y la vivienda. En marzo de 2023, la ciudad aprobó una ley para exigir a los votantes una prueba de identidad para votar, que el Estado está tratando de bloquear. Huntington Beach también está batallando para no cumplir con la cuota de construcción de nuevas viviendas de bajo coste exigida por el Gobierno estatal. La gobernación también ha tratado de impedir que avance la posibilidad de que ciertos libros infantiles sean vetados de las bibliotecas, a través de una nueva ley que entró en vigor en enero.

Otras medidas aprobadas por el Ayuntamiento de Huntington Beach incluyen la prohibición de izar banderas no oficiales en edificios del Gobierno —como la bandera del arcoíris, que solía izarse durante el mes del Orgullo LGBTQI—, recortes en los esfuerzos para registrar e investigar crímenes de odio y el no reconocimiento de las comunidades transgénero. La ciudad también alberga organizaciones identificadas con la extrema derecha: en abril 2021, el grupo Loyal White Knights convocó a la protesta “Las vidas blancas también importan” (White Lives Matter, en inglés) en el muelle de Huntington Beach, mientras en varios puntos de la ciudad se distribuyeron volantes con propaganda del Ku Klux Klan.