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La crisis económica española

«( ... ) Como en todas partes, pero tal vez más que en otras, los altos hornos y los astilleros navales de Vizcaya están en crisis. ( ... )En crisis, en realidad en quiebra, los grandes nombres del complejo siderometalúrgico Babcock Wilcox, pronto a cerrar, con un pasivo de 26.000 millones de pesetas; Altos Hornos de Vizcaya, la primera empresa privada de siderurgia integrada del país, tan deficitaria que puede verse obligada a una suspensión (le pagos; Echevarría, paralizada por las dificultades financieras, y tantas otras. (...)

¿Caída de la demanda? Sin ninguna duda. La siderurgia española tiene una capacidad de quince millones de toneladas de acero por año, pero su producción se limita a diez u once millones de toneladas desde hace años. El sector de bienes de equipo es víctima del mismo clima depresivo; además de Babcock Wilcox, las filiales vascas de Westinghouse, de General Electric, atraviesan un mal momento. Otra industria de punta de la ría del Nervión, la construcción naval, sufre todavía más de la coyuntura. La crisis mundial no lo explica todo. Por el contrario, aquélla ha permitido revelar algunos vicios estructurales propiamente españoles.

Primero, la rigidez del empleo, bestia negra de los empresarios. Para volver a respirar, Babcock Wilcox necesitaría despedir a 2.000 de sus 5.000 obreros. No puede hacerlo. Echevarría debía hacer lo mismo. ( ... )

Por otra parte, el proteccionismo franquista ha tenido consecuencias nefastas: las financiaciones son elevadas; el material, a menudo, en desuso. Los salarios, que eran inferiores hace seis años al nivel europeo, lo han alcanzado y superado. Según Luis Olarra, el costo es de cinco dólares por hora y por hombre, más que en Francia o en Inglaterra.( ... )

( ... ) Ante la crisis de la siderurgia, el Gobierno Suárez ha sido muy lento en reaccionar. El problema se ha revelado con toda su gravedad cuando los Altos Hornos del Mediterráneo, la empresa propietaria del complejo, anunció que no tenía dinero para pagar los salarios en febrero.( ... )

El nuevo ministro de Industria, Rodríguez Sahagún, ha comenzado a estudiar las soluciones propuestas por sus predecesores. Después propuso su fórmula. Cada uno debe consentir sacrificios: los accionistas (y con ellos los bancos), los obreros y el Estado. El ministro ha invitado a Altos Hornos de Vizcaya, la US Steel y a otros accionistas a aumentar el capital de la empresa de Sagunto para sanear su tesorería. Una vez terminada la operación, en 1979, el Estado comprará la totalidad de las acciones de Altos Hornos del Mediterráneo. ( ... )»

, 30 de mayo

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