España podría sustituir a EEUU en el Consejo de la OIT
A ocho días de la inauguración de la Conferencia Internacional del Trabajo, dentro del marco de la OIT (Organización Internacional del Trabajo), existen dos «quejas» contra el Gobierno español presentadas ante el comité de libertad sindical. Una se refiere a la «restitución del patrimonio sindical» y la otra, relativa a la vigencia del llamado decreto de relaciones laborales, de marzo de 1976, que de acuerdo a la queja presentada, no guarda conformidad con los convenios internacionales firmados con la OIT por el Gobierno español.
Se suman a estos hechos relacionados con España, el que mañana presentará sus cartas credenciales en calidad de embajador ante la OIT el ex ministro de Trabajo, Manuel Jiménez de Parga, que se constituirá en el primer embajador de un país ante dicho organismo. El resto de los Gobiernos mantienen sólo delegados gubernamentales adjuntos que forman parte de las misiones diplomáticas ante la ONU en Ginebra.
España puede sustituir a EEUU
Por otra parte, España presentará tres candidaturas ante el consejo de administración de la OIT. Una para el estamento gubernamental del consejo, y las otras dos para estar representados en el estamento de empleadores y de trabajadores del mismo consejo. En cuanto a la representación gubernamental, en función del reglamento, España podría automáticamente llenar el hueco que dejó Estados Unidos al retirarse el año pasado, siempre que reúna el requisito (que determinan los expertos) de situarse dentro de las diez potencias industriales más grandes del mundo. También se considera para ello la cifra de la población activa de cada país, y la contribución de cada Gobierno a la financiación de la OIT. Las posibilidades para las tres primeras candidaturas dependerán de la elección por votos que se efectúe dentro del desarrollo de la Conferencia Internacional del Trabajo. La cuarta posibilidad, la de ser calificada dentro de las diez potencias industriales más fuertes del mundo, será determinado por los expertos la presente semana.Trabajadores de catorce países deberán ser elegidos para el estamento de trabajadores del consejo de administración. Igual cifra para el caso de los empleadores, mientras que dieciocho delegados gubernamentales; deberán ser elegidos por votación directa en la conferencia, y los diez restantes automáticamente, en función de los requisitos antes anotados.
El incumplimiento de convenios
Según fuentes oficiales, que interpretaron el reglamento de la OIT, España no vería impedida su candidatura para una representación gubernamental o de empleadores, en el caso eventual de que se estimara que el Gobierno español no está cumpliendo con los compromisos suscritos internacionalmente, al adoptar, en abril de 1977, los convenios 87 y 98 sobre libertad sindical. Joseph Morris, actual presidente del grupo de trabajadores de la OIT, y presidente además del consejo de administración, declaró hace pocos días en España que el Gobierno de ese país no estaba cumpliendo con los compromisos adquiridos (convenios 87 y 98), y que ese hecho le impedía ocupar un lugar de representación gubernamental en el consejo de administración (de acuerdo al reglamento de la OIT los Estados firmantes de los convenios internacionales, tienen un plazo de un año para comenzar a aplicar sus disposiciones).Consultado sobre las declaraciones de Joseph Morris, de nacionalidad canadiense, el embajador de España ante la OIT, Jiménez de Parga, después de analizar una serie de aspectos que prueban -dijo- el proceso de democratización que vivimos desde la muerte de Franco, no se puede afirmar -enfatizó- aquello de que no se está cumpliendo con los compromisos adquiridos, sosteniendo sin embargo que él estaba de acuerdo en que no se había totalizado la tarea de consolidación de la democracia en el mundo de las relaciones laborales. «Para eso estamos, para eso estoy yo aquí -agregó-, pero ese es un tema que al señor Morris, que está aquí, se lo explicaré y sólo me podrá preguntar, salvo que quiera oponerse, cuánto tiempo tardaremos en consolidar la democracia. »
Jiménez de Parga, consultado por algunos periodistas, sobre si su nombramiento en calidad de embajador ante la OIT, y el de otros dos altos funcionarios que lo asesorarán en este nuevo cargo recientemente creado, no resultaba un gasto innecesario en que incurría el Gobierno de España, respondió textualmente que «el Gobierno español desea darle especial importancia a la OIT, dado que en último término se trata de iniciar ahora una nueva etapa, superada la etapa diplomática, aquí, en la OIT, del régimen anterior, y en donde se va a procurar, salir de la postura defensiva, que como todos conocen era la postura tradicional de España».
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