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Reportaje:

La historia de un bandido y la hija de un magnate del cine conmueve a Italia

Juan Arias

RomaLa historia es de película rosa, pero está interesando a toda la prensa italiana, porque tiene también un aspecto humano y psicológico. Los protagonistas son Giovanna Amati, una joven rica, rebelde y caprichosa, hija del propietario de la mayor cadena cinematográfica de Roma -le llaman el «rey de los cines de Roma»- y Daniel Nieto, el play boy de la mala vida francesa e italiana, de 31 años, con cara de guapo y de malo. Es el último bandido de la famosa Banda de los marselleses. Se había escapado de la cárcel de Marsella hace dos años.

El 12 de febrero, Daniel, que había conocido a la joven rubia de diecinueve años en un night del centro de Roma, secuestra a Giovanna delante de su casa con otros nueve bandidos. El es el jefe. Siguen 54 días de prisión en un piso del barrio africano de Roma, cerca de la Nomentana. Durante estos largos días de prisión Daniel y Giovanna se enamoran. Los padres de la joven pagan ochocientos millones de liras por su rescate. La policía logra capturar a siete de los bandidos, que logran tirar los millones por una ventana a un patio sin que los carabineros se den cuenta. Los recogería Daniel al día siguiente. La madre de Giovanna había sido un día golpeada por la policía mientras, recogía una carta de los secuestradores durante las negociaciones para el rescate. La joven rebelde, cuando vuelve en libertad, declara que sus carceleros la trataron mejor que la policía a su madre. Giovanna vuelve desconocida. Su madre dice que no habla, que la odia. La policía controla los teléfonos y se descubre la verdad. Daniel continuaba telefoneándola, mandándola ramos de flores firmados con el apodo que la joven le había dado: Zapato de gimnasia. Se ven en un lugar secreto de Roma. Se comunican en código a través de los anuncios de un diario romano. Finalmente, el día 25, mientras el bandido esperaba a Giovanna en la famosa Vía Veneto, los carabineros lo detienen. Daniel abre un tiroteo con una pistola Colt. A los pocos minutos llega la enamorada en su famosa Honda roja. Llora desesperada, sigue a la policía que lleva a la cárcel a Daniel, se echa a tierra a la puerta de la cárcel, insulta a los agentes, quiere a toda costa ver al bandido. Daniel al principio, niega todo. Giovanna confiesa: «Durante los 54 días de prisión, Daniel, que era el único que estaba con la cara descubierta, alternaba momentos de extrema violencia con momentos de profunda sensibilidad. Se confiaba conmigo. Cuando lloraba se me acercaba y me acariciaba con dulzura la cabeza. Tenéis que comprenderme. Estaba muy sola.»

Daniel ha sido acusado de violencia carnal, pero él asegura que no tocó ni con un dedo a Giovanna. La madre dice que es imposible que su hija se haya enamorado de un «monstruo que se parece a Frankestein». Las mujeres, en cambio, dicen que el bandido es guapo y tiene garra. Giovanna, mientras contaba estas cosas a los periodistas, echó tres cubos de agua a su madre desde la ventana insultándola.

Pero ha confesado que está arrepentida, porque dice que por su culpa Daniel puede estar en la cárcel treinta años.

La madre de Giovanna dice que está loca, que si pudiera la internaría en un manicomio. El padre es el personaje más deshecho. «Me doy cuenta que no tengo una familia. Dejaré todos los cines.» Estaba casi separado de su mujer. El secuestro de la hija les había unido de nuevo. Pero ahora se vuelve a sentir solo.

Psicólogos y analistas se están interesando por esta historia. El freudiano Modigliani piensa que se ha tratado de una clásica dependencia primaria, como el niño con la madre, y que el masoquismo en una modalidad de supervivencia. Se ha recordado también el síndrome de Estocolmo, de solidaridad de la víctima con el agresor contra la policía. Pero la directora de cine Lillana Cavani, autora de Portero de noche, ha escrito que ella no hará nunca una película de esta historia, «porque aquí faltan las grandes pasiones que son generadoras de ideas. Aquí todos los ideales son pequeño-burgueses. Falta el elemento político, la conflictualidad social: existe sólo una joven rica y caprichosa que vive una vida aburrida y existe un bandido que ha hecho siempre la vida del joven guapo. Son dos personajes únicamente sentimentales».

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