Detenciones en Pamplona en relación con la muerte del subteniente de la Guardia Civil
Hasta última hora de la tarde ayer, la Comandancia de la Guardia Civil de Pamplona mantenía detenidas a varias personas, entre ellas tres menores, dentro de la operación que se está llevando a cabo, conjuntamente con la policía gubernativa, para localizar a los autores del acuchillamiento del subteniente de la Guardia Civil que falleció en la madrugada del jueves.A uno de los tres detenidos menores de edad se le encontró la pistola que portaba el subteniente fallecido en el momento de la agresión, aunque parece ser que el joven no participó en el acuchillamiento.
En la Comandancia de la Guardia Civil no se ha facilitado información alguna sobre las diligencias efectuadas, aunque se sabe que algunas de las personas detenidas han sido puestas en libertad después de comprobarse que no están implicadas en el caso. Conocidas las primeras detenciones, un grupo de alumnos de una academia de idiomas de Pamplona han hecho público un comunicado de protesta en el que exigen la puesta en libertad de un compañero.
Por otra parte, ayer se celebró en la iglesia de los Paúles el funeral por el subteniente Juan Echeverri Echeverri. Tras la ceremonia, un grupo de jóvenes con brazaletes y banderas españolas se manifetaron por varias calles de la ciudad hasta el Gobierno Civil, dando gritos de apoyo a la Guardia Civil y a la Policía Armada, y otros ETA asesina, y Nadie nos engaña Navarra con España. En la homilia de la misa de funeral, el capellán castrense de la Policía Armada, padre Arroyo, se refirió al subteniente como «un hombre de paz y un hombre de bien», y dijo que su pistola únicamente había balas de fogueo y no de muerte.
Afirmó más adelante que en España se estaba perdiendo el principio de autoridad. «No podemos decir que este principio se salva -dijo- cuando personas que, por el mero hecho de refrendar esta autoridad, son atacadas, insultadas y asesinadas. Malamente podemos defender que el principio de autoridad se guarda en nuestro país cuando los hombres del orden se sienten lo suficientemente apoyados.»
