Dictaminados seis nuevos artículos de la ley de Acción Sindical
La sesión se inició con los debates en torno al articulo 10. José Luis Moreno (UCD) informó que con anterioridad a esta reunión, los miembros de la ponencia se habían reunido durante breves instantes paia proceder a una nueva redacción del citado artículo 10, que fue finalmente aprobado, con la abstención de los trece diputados que los dos grupos parlamentarios socialistas tienen en la Comisión. Previamente habían sido rechazados en votación los votos particulares de Socialistas del Congreso y Socialistas de Cataluña.El artículo 11, que hace alusión al número de miembros de los comités de empresa, fue dictaminado según el texto de la ponencia, después de que fueran rechazados los votos particulares de los grupos comunista y socialista y del diputado Antón Canyellas.
El grupo parlamentario socialista proponía cinco, once, quince veintiuno y veintisiete miembros, respectivamente, mientras que, el grupo comunista hacía hincapié, por boca de Marcelino Camacho, de la necesidad de que las empresas con más de mil trabajadores deberían tener un representante por cada fracción de cien trabajadores más. Por su parte, Canyellas proponía las cifras de cinco, siete, nueve, once y trece, más tres representantes por cada mil trabajadores, hasta la cifra de 31 representantes. El texto de la ponencia fue aprobado por veinte votos a favor, ninguno en contra y quince abstenciones.
UCD y comunistas pidieron turno de explicación delvoto
José Luis Moreno (UCD). Hemos aceptado el texto de la ponencia porque creemos que le da una mayor representatividad al colectivo de los trabajadores, ya que las cifras de este texto son superiores a las del texto originario del Gobierno.
Marcelino Camacho (comunista). El texto de la ponencia no contempla la realidad de las grandes empresas. Es válido para empresas de hasta mil trabajadgres, pero a partír de esa cifra está completamente desajustado. ¿Qué van a hacer ahora empresa como Renfe, que ha elegido a 2.079 representantes; como Hunosa, 370, o como Standard, 372?
El artículo 12, que sobre el papel era el menos conflictivo, fue el que ocupó más tiempo de debates, al pretender el grupo parlamentario de UCD quitar del texto las palabras por todos los trabajadores. Socialistas de Cataluña, Socialistas del Congreso, comunistas y Minoría Catalana protestaron ante una posible aceptación por la mesa de la enmienda in voce de UCD en tal sentido, por lo que UCD optó por retirar formalmente la modificación del citado artículo.
Al texto original de la ponencia se añadió por consenso entre todos los grupos el calificativo de directo. El artículo se aprobó por unanimidad, así como el título cuarto, cuyo primer artículo es el anterior, que quedó dictaminado así: «De la elección de los delegados de personal y de los miembros del comité de empresa.»
El título primero del artículo 13 fue aprobado por unanimidad, de acuerdo con el texto de la ponencia.
«Ley de caldo de pollo, sin pollo»
Una gran polémica ocasionó el debate del punto dos del artículo tercero, en el que se regula la revocabilidad de los cargos elegidos por los trabajadores para su representación.
En el turno de la defensa dé votos particulares a este punto el señor Navarrete, del Grupo Socialista del Congreso, argumentó que una ley que regula los derechos sindicales en el ámbito de la empresa debe hacer un reconocímiento del órgano a través del cual se materializan estos derechos, es decir, las secciones sindicales. «Corremos el peligro de hacer la ley del avecrem -dijo-, es decir, una ley del caldo de pollo, sin pollo, lo que aplicado a este debate supondría hacer una ley sindical sin sindicatos.»
El señor Moreno, de UCD, explicó el voto de su grupo a favor del texto original del Gobierno y rechazó las comparaciones del contenido de esta ley con el popular sopicaldo. «No haríamos una ley buena si dejáramos a los sindicatos mayoritarios la posibilidad de quitarse de enmedio a los sindicatos minoritarios.»
En nombre del grupo de Alianza Popular el señor Martínez Emperador ofreció como enmienda in voce para acercar las posturas en litigio -a la que se sumó UCD- un nuevo texto que sustancialmente viene a establecer la imposibilidad de revocación del comité de empresa, mientras se esté negociando un convenio colectivo.
Sometida a votación esta enmienda fue aprobada por diecinueve votos a favor y dieciséis en contra.
Previamente se habían sometido a votación y derrotados los votos particulares de los grupos Socialistas del Congreso y Socialistas de Cataluña, que se apartaban tanto del texto del Gobierno como del de la ponencia.
Entre los diputados de izquierda se señalaba que el texto aprobado, curiosamente no regula la convocatoria de las asambleas que el mixino texto legitima con capacidad jurídica para revocar los comités de empresa.
El punto tercero relativo a las vacantes de los órganos representatívos quedó redactado de acuerdo con la enmienda in voce presentada por AP y también asumida por UCD.
El cuarto y último punto del artículo 13 fue aprobado por unanimidad de acuerdo con el texto de la ponencia.
Condiciones de los electores
El artículo 14, relativo a las condiciones de electores y elegidos, fue aprobado según el texto de la ponencia, después de una dura polémica, en la que los distintos grupos expusieron sus respectivos votos particulares.
Ana María Ruiz (Socialistas del Congreso). Establecer limitaciones en este sentido supone discriminar respecto al derecho de representación a un importante colectivo de trabajadores españoles, tanto por razones de edad, como por las condiciones del contrato, según el cual están ligados a sus respectivas empresas.
Marcelino Camacho (Comunista). Cualquiera que sea la edad, y por tanto, según nuestro léxico, el trabajador comienza a ser explotado, debe poder defenderse de esta explotación mediante su organización en órganos que le represente.
Eugenio Ales (UCD). Nuestro voto será favorable al texto de la ponencia. No es un problema de derecho, sino de capacidad jurídica de obrar. A los menores de dieciocho años no les está reconocida dicha capacidad jurídica.
Socialistas y comunistas, contra UCD
El artículo 15 (último de los que se debatieron ayer), relativo a la presentación de candidaturas para delegados de personal y miembros del comité de empresa, encendió los ánimos de los diputados, produciéndose fuertes ataques de comunistas y socialistas contra UCD, y viceversa.
Al final quedó aprobado el texto e la ponencia, por diecinueve votos a favor, dieciséis en contra y ninguna abstención. No prosperó, como ya viene siendo habitual en estos debates de la Comisión de Trabajo, ninguna de las cuatro enmiendas presentadas por Minoría Catalana, Socialistas del Congreso, Socialistas de Cataluña y comunistas.
Socialistas y comunistas eran partidarios en sus enmiendas de que la presentación de candidatos deberían hacerla las secciones sindicales de empresa, o, en su defecto, un número de trabajadores superior al 10% de la plantilla, en tanto que UCD era partidaria del texto de la ponencia, que en este caso coincide con el texto del Gobierno.
Las cuatro enmiendas fueron rechazadas por los votos conjuntos de UCD y Alianza Popular, que entre ambas tienen la mayoría de la comisión.
Socialistas, comunistas y UCD pidieron turno de explicación de voto.
Manuel Chávez (Socialistas del Congreso). El sindicalismo es uno de los bastiones de la democracia. Creemos que las candidaturas no pueden ser presentadas por cual quiera, sino por sindicatos recono cidos y por un número suficiente de trabajadores. UCD y el Gobierno, están practicando una presumible política de favorecimiento al sindicalismo amarillo, ya que con este proyecto de ley cualquier sindicato por pocos afiliados que tenga puede presentarse a las elecciones y favorecer posibles maniobras fraudulentas de empresarios.
Cipriano García (comunista). Obviar las secciones sindicales es obviar el alma del sindicalismo. UCD está practicando una especie de juego de apoyo al fraccionamiento sindical.
José Luis Moreno (UCD). UCD es favorable a la libertad sindical. Todos los sindicatos deben detener el derecho a presentarse a las elecciones. Es bueno que haya dos centrales sindicales fuertes, pero nosotros no queremos primar a las dos grandes centrales. Hay todavía miles de trabajadores sin afiliar y por ello tiene justificación el texto que acabamos de aprobar. Amenazar aquí con el insulto de que favorecemos el amarillismo presupone el miedo de los sindicatos fuertes a que en unas elecciones limpias puedan ganar los sindicatos que ellos califican como amarillos.
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