China y la URSS inician una ronda de conversaciones fronterizas
La República Popular China y la Unión Soviética mantuvieron ayer su primera sesión plenaria en la nueva ronda de conversaciones para tratar de resolver sus problemas fronterizos. Ninguna de las dos partes ha suministrado información sobre este encuentro, que ha durado dos horas.
El viernes pasado las dos delegaciones mantuvieron una sesión preliminar para preparar la sesión celebrada ayer.Chinos y soviéticos iniciaron sus conversaciones sobre problemas fronterizos en octubre de 1969, a raíz de los violentos choques armados entre tropas de los dos países, ese mismo año. Desde entonces, las conversaciones se han venido realizando, de forma intermitente, sin que hasta la fecha se hayan logrado progresos.
Estas conversaciones, encaminadas a delimitar una clara línea fronteriza, fueron interrumpidas en agosto de 1974. En enero de ese mismo año, cinco funcionarios soviéticos fueron expulsados por China, acusados de espionaje. En marzo, un helicóptero soviético fue interceptado por los chinos cerca de la frontera.
Poco antes de la suspensión referida, el Ministerio de Asuntos Exteriores soviético planteó una propuesta a Pekín por la cual concedía el paso a navíos chinos a través de las vías fluviales internas en la URSS, a cambio de que Pekín aceptase el respeto a la soberanía e integridad del territorio de la URSS. La propuesta fue rechazada por Pekín, que considera parte de esas vías fluviales como territorio soberano chino.
Las negociaciones se reanudaron en noviembre de 1976. Dos meses antes había muerto Mao Tse-tung y Moscú suavizó sus críticas a China en espera de que la nueva dirección de Pekín permitiese una mejora en las relaciones entre los dos países.
Sin embargo, las conversaciones fronterizas continuaron de manera intermitente sin que se lograsen progresos.
El pasado marzo, el Presidium de la URSS hizo un llamamiento a la coexistencia entre los dos Estados, en el que planteaba la necesidad de alcanzar un pacto de no agresión y la reanudación de la cooperación económica y cultural.
La respuesta china fue tajante: «Cuando tenéis en la frontera china un millón de soldados, ¿cómo podéis esperar que el pueblo chino crea en vuestro deseo real y sincero en las relaciones entre nuestros países?»
Este rechazo chino tuvo su réplica no menos contundente por parte de la URSS: el viaje a Siberia y a las mismas fronteras con China del presidente soviético Leónidas Brejnev, que lanzó una clara advertencia a China en el campo militar.
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