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Tribuna:DIARIO DE UN SNOB
Tribuna
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El padrenuestro

Al señor Hernández Gil, si ustedes recuerdan, estuvieron a punto de crucificarle por quitar un crucifijo de las Cortes. Los de Prado del Rey, como no se enteran de nada, ahora han quitado el crucifijo verbal de la programación, han quitado el padrenuestro de cierre.Parece que ya hay quien ha puesto el grito en el cielo del nacionalcatolicismo por esta nueva desamortización religiosa que el sistema se está haciendo a sí mismo, que Suárez o Arias Salgado, o quien sea, le está haciendo al sistema. Yo me uno, como sin duda se ,uniría mi querido amigo el duque de Tovar, si la capa española no le llevase tanto tiempo entre quitársela y ponérsela, a la protesta por la supresión de ese padrenuestro.

El padrenuestro es, sin duda ninguna, e incluso hasta para los laicos y librepensadores, el único guión bien escrito de todos los que emite Televisión Española. Aparte sus virtudes curativas, que en unas áreas parecen más demostradas que en otras, el padrenuestro es una cosa que literariamente no está mal. No se puede decir más que lo que dice el padrenuestro en menos palabras. Yo no sé quién lo ha escrito (estos días releo las recensiones que le hace Voltaire a la Biblia y eso es un jaleo), pero desde luego no ha sido Blasco Ibáñez, primero porque era un masonazo y luego porque escribía un poco rudo, algo así como un Balzac que fuese chufero valenciano.

En esto de Blasco Ibáñez siempre han llevado razón los jesuitas, aunque no por lo que ellos dicen, que tampoco creo que los jesuitas hubiesen sido capaces de escribir, entre todos, el padrenuéstro. Me lo decía el padre Vilariño en la Congregación de San Luis Gonzaga y San Estanislao de Kostka, de Valladolid, o sea los Luises y Kostkas, adonde yo iba los sábados por la tarde pensando en el cine del domingo, que cuando llegaba un beso en la película hacían temblar el proyector para borrarlo, con lo que agitaban a la pareja, convirtiendo un puritano beso de Hollywood en un orgasmo:

- Los chinos son tan intolerables que expulsaron de la China a los misioneros jesuitas.

-Mi abuelo dice que los intolerables eran los jesuitas, y que los chinitos les expulsaron por eso- argüía yo, dado ya, desde pequeño, a argüir y redargüir.

Naturalmente, me expulsaron de Kostka, por intolerante, y me quedé sin los orgasmos dominicales de Robert Taylor y Bárbara Stanwyk. Don Vicente Blasco Ibáñez, buen guionista de Hollywood, se ha revelado mal guionista de Prado del Rey, pues Cañasy barro es una paella valenciana de cañas, barro, arroz y muertos, donde los muertos hacen de mariscos entre un arroz siniestro, naturalista y un poco pasado literariamente.

Después de ahogar a un niño repetidas veces por mano del propio padre, en las fértiles aguas de la Albufera valenciana, comprendan ustedes que Prado del Rey tiene que terminar rezando un padrenuestro de arrepentimiento. Ese padrenuestro nacional que ahora quitan del aparato era un padrenuestro que Televisión Española rezaba por sí misma, por absolverse a sí misma, porque Dios la perdonase su programación en general y a Gelices en particular. Hay que volver al padrenuestro.

El cura Martín Descalzo, que me regala gatos como indulgencias, gatos como demonios que él se saca del cuerpo y del alma para estar en paz y gracia, sostiene que Dios debe estar en toda la programación, como está en la vida, y no en el padrenuestro final, lo cual que lo suyo me parece bien traído desde un punto de vista cristiano, que es el que le es propio, pero el cura no ha caído en que TVE reza por si misma. En vez de quitar el padrenuestro, lo correcto habría sido que saliese David Cubedo en skyjama y de rodillas en la cama (o en reclinatorio de alcoba, como el de Carmen Sevilla), para que los librepensadores y masonazos comprendiéramos que la cosa no iba con nosotros, que TVE estaba purgando sus propias culpas, los niños que mata en la hermosa Albufera valenciana y los adultos que mata de aburrimiento en la sala de estar, que ahora es solamente la sala de mirar.

Que vuelva el padrenuestro, pues, por Gelices y Bofill, que bien lo necesitan, y a ser posible en latín, que el latín será el único castellano correcto que oiremos por televisión. En el nombre del Padre.

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