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Reportaje:

Tres problemas griegos: Chipre, el Mercado Común y la OTAN

Rosa Montero

Dice Evangelous, un vendedor ambulante de la Plaka, el barrio viejo ateniense: «Yo creo que vamos a tener otra vez elecciones dentro de nada: esto no puede durar.» Sin embargo, el Gobierno de Caramanlis adelantó un año las últimas elecciones: necesitaba fortalecerse para poder afrontar con seguridad los problemas de la CEE, de Chipre, de la OTAN. Pero las elecciones del 20 de noviembre, pese a darle la mayoría, le debilitaron respecto a las votaciones del 74. Con las pérdidas de Nueva Democracia creció el PASOK -del trece al 25 %- y el Frente Nacional, la ultraderecha, que pasó de un porcentaje ínfimo al 6,82 %.Quizá haya un sentimiento de provisionalidad respecto al actual Gobierno en el pueblo griego. Haralambopoulous, diputado del PASOK, es cauto en este tema: «¿Avanzar nuevamente las elecciones? Eso es algo muy difícil de decir. Las últimas fueron hace cinco meses y uno nunca puede arriesgar un sí o un no en estas materias. Es demasiado pronto para hacer profecías, pero, desde luego, en política todo puede pasar.» Y en sus palabras hay un cierto deje de optimismo, como hay euforia en la triunfante aseveración de Melina Mercouri, también diputada del PASOK, cuando dice que «dentro de tres años tendremos el poder».

Como es lógico, el consejero para la OTAN, Imbrakis, que pertenece a Nueva Democracia, se muestra confiado y seguro: «Absurdo: un partido elegido democráticamente y con la mayoría en el Parlamento no tiene ninguna razón para preocuparse por unas nuevas elecciones.»

Una tarea ardua por delante

No es fácil, sin embargo, la tarea que le aguarda a Caramanlis. Ante él se extienden cuatro años de mandato, dudosos y conflictivos. El primer ministro tiene prisa en solucionar la situación con la OTAN: el tiempo corre y cada día que pasa puede suponer la debilitación de su Gobierno. Dice Imbrakis: «Desde el primer momento en que nos salimos de la rama militar de la OTAN nuestro primer ministro dijo que» deberíamos tratar de encontrar una fórmula para reintegrarnos en el Pacto Atlántico, siempre y cuando las circunstancias que hicieron que Grecia se marchase desaparecieran, y bajo ciertas condiciones, como la de mantener nuestras fuerzas bajo mando nacional.»

Ya en el 75, Caramanlis propuso a la OTAN nueve puntos básicos en los que explicaba la postura de Grecia cara a una posible negociación. En el 76, los componentes del Pacto Atlántico pidieron una mayor especificación, y «el 27 de enero del 77», dice Imbrakis, «presentamos nuestra posición definitiva: a partir de ahí le correspondía a la OTAN contestar y decidir si quería entablar negociaciones o no en esta búsqueda de un nuevo camino de relación». Y al fin, hace escasas semanas, la OTAN ha contestado, y, con palabras de Imbrakis, «ha dado sus puntos de vista sobre cómo pueden comenzar las negociaciones, recogiendo en parte nuestras propuestas. Puedo decir con optimismo que creemos que las negociaciones comenzarán este mismo mes de marzo o como muy tarde en abril». Y dentro de los puntos a discutir, «hay ciertos principios sobre los que no vemos ninguna posibilidad de cambio, y otros que podrán ser negociables».

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Un tema delicado

-Los inalterables supongo que se referirán a la permanencia de las tropas nacionales en Grecia.

-Ese es un tema muy delicado como para hablar de ello, justo ahora con las negociaciones a la puerta, pero de acuerdo con unas declaraciones hechas por el primer ministro del Parlamento, uno de los puntos básicos es que las tropas nacionales han de permanecer bajo control griego en tiempos de paz.

-¿Y en tiempos de guerra?

-En fin, todo lo demás habrá que negociarlo.

No es fácil la tarea que le aguarda a Caramanlis. Su intento de acercamiento al Oeste no sólo cuenta con la oposición del PASOK, sino con la del propio recelo del pueblo griego. Haralambopoulous dice: «Caramanlis tiene hoy la mayoría en el Parlamento y apoyado en esto puede hacer lo que quiera. Pero mientras tanto el PASOK, que está en contra de la OTAN y de la CEE, está tratando de informar al pueblo griego de que esta política exterior es desastrosa para nosotros, y esperamos ser mayoría en las próximas elecciones.»

Mientras tanto, con las negociaciones en puertas y una mayoría que es sólo de escaños, pero no de votos, Caramanlis intenta aprovechar ese año que sacó de ventaja en las pasadas elecciones. Mientras tanto, las calles de Atenas amanecen con pintadas del Frente Nacional en petición del Rey, o con el casi ingenuo sol naciente del PASOK. Y en alguna esquina, una bomba nacionalista y solitaria hace reventar a un coche extranjero con ruido de chatarra: de cuando en cuando, sólo de cuando en cuando.

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