Las elecciones para el Parlamento Europeo se realizarán del 7 al 10 de junio de 1979
Del 7 al 10 de junio de 1979 los ciudadanos europeos acudirán a las urnas para elegir, por vez primera en la historia, a los 410 miembros del futuro Parlamento Europeo. Tal fue la primera decisión del Consejo Europeo de jefes de Estado o de Gobierno de la CEE iniciado ayer en el castillo de Christianborg, en la capital danesa.
La decisión se acompaña de una declaración que reafirma los principios de la democracia pluralista y del respeto de las libertades humanas entre los países miembros; declaración que, por el momento, sólo vinculará a los actuales Estados miembros. «Es evidente que se propondrá su ratificación a los futuros candidatos», declaró un portavoz de la Comisión Europea a EL PAIS, recordando las posibles adhesiones a la CEE de Grecia, España y Portugal.Economía: debate a puerta cerrada
Los problemas socioeconómicos de la cumbre en sus versiones de reactivación económica, energía, intercambios comerciales y litigios monetarios, fueron objeto de discusión en círculo supercerrado durante la cena que reunió a los jefes de Estado o de Gobierno en el castillo de Marieriborg, en las cercanías de Copenhague.
Valéry Giscard d'Estaing anunció -antes de dicha cena- que era necesario un «esfuerzo de imaginación y organización» para superar la crisis y «reconciliar estabilidad y crecimiento». Helmut Schmidt, canciller de Alemania Federal, no parece totalmente dispuesto a ejercer el papel de «motor» del despegue económico, sin una «concentración» previa no sólo con los demás países de la CEE, sino también con Estados Unidos y Japón.
El objeto mínimo de crecimiento anual del PNB (producto nacional bruto) en la CEE debería ser del 4,5 %, contra el 3 % conseguido en la actualidad. Sólo así podría frenarse el alto nivel de desempleo.
Francia, contra la revisión del acuerdo nuclear
El marco íntimo de la cena en el castillo de Marienborg debía servir también para analizar los problemas candentes entre Estados Unidos, Japón y el Mercado Común.
Francia no parece dispuesta a variar su postura y aceptar una revisión del tratado nuclear de Washington con el Euratom (Comunidad Europea de la Energía Atómica). Washington espera, sin embargo, una respuesta orientada a un mejor control de la utilización de uranio enriquecido que suministra a Europa, para el lunes 10 de este mes. Pesa sobre los europeos la amenaza de un embargo del suministro de uranio norteamericano a la CEE.
Los portavoces gubernamentales afirmaron que el tema de la bomba de neutrones no forma parte de la agenda de la cumbre. «Es un asunto a definir en el contexto de la OTAN y no de la CEE», dijo el portavoz belga.
Sin embargo, no se excluye que se toque el capítulo de la bomba aprovechando la presencia conjunta de los primeros responsables políticos de la CEE que, excepto Irlanda, son a su vez miembros de la OTAN.
Mientras los jefes de Estado hablaban de la problemática que afecta directamente al conjunto europeo, en sus versiones económica, monetaria y comercial, sin olvidar la nuclear, los ministros de Asuntos Exteriores celebraron una sesión de «cooperación política» para revisar la postura de los nueve ante el conflicto en Oriente Próximo, en el continente africano (Africa del Sur y Namibia) y las relaciones Este-Oeste, después de la CSCE (Conferencia de Seguridad y Cooperación Europea).
Son también los ministros de Asuntos Exteriores los encargados de preparar una declaración conjunta de solidaridad de la CEE con Italia, ante el secuestro de Aldo Moro; declaración que puede ir acompañada de la necesidad de una mejor cooperación entre los miembros de la CEE en sus medidas de lucha contra el terrorismo.
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