Grandes dificultades para remodelar la Gerencia Municipal de Urbanismo

Con el cese de Enrique Ovilo como director técnico de la Gerencia Municipal de Urbanismo ha comenzado lo que puede ser la remodelación de este organismo municipal, de acuerdo con las primeras declaraciones de su nuevo titular, Luis Enríquez de Salamanca, sobre la necesidad de sanear todo lo que intervenga en los órganos de decisión intermedia del mismo. Pero esta remodelación cuenta con la oposición de algunos funcionarios municipales, que van a dificultar la labor del gerente en este aspecto.

En un primer momento, según fuentes consultadas por EL PAIS, la intención del nuevo gerente era la de trasladar o cesar a las personas que dificultaran la conversión de la Gerencia en un órgano aséptico de control de la planificación urbanística para el término municipal de Madrid. Pero esa primera intención ha quedado dificultada por la actitud de los funcionarios que, en la actualidad, ocupan puestos de responsabilidad dentro de ella totalmente contraria a eso, por la simple razón de que, si eso se produjera, dejarían de gozar de los privilegios económicos y sociales que han tenido hasta ahora.De acuerdo con esto, los razonamientos del gerente, para proseguir con el saneamiento de la Gerencia, después del cese del señor Ovilo, entrarían más bien en la diversificación de las funciones a ejecutar por una serie de personas que, hasta el momento, han cobrado unos emolumentos que no correspondían con su condición de funcionarios, sino que más bien se inscribían dentro de lo que pudiera ser un agradecimiento por los favores recibidos, bien sea a través de un talón o por el encargo de un trabajo que debería ser incompatible con su cargo.

Se trata, mas sencillamente, de que nadie pueda tener una decisión absoluta y total sobre un determinado tema, sino que en el mismo intervengan una serie de personas que, unas a otras, estén ejerciendo una función de autocontrol. Pero puede que uno de los problemas que el gerente -recién llegado- tiene que afrontar sea el de no poder disponer de profesionales básicos para ocupar puestos de responsabilidad, en el caso de que decida prescindir de quienes han estado en ellos hasta ahora. La solución puede estar en los profesionales que pudieran llegar de fuera de la Gerencia. Pero la Depositaría del Ayuntamiento no estaría dispuesta a pagar un sueldo a nuevos contratados, y menos si la intención de su llegada estuviera en directa relación con el desmontaje de la situación anterior a José Luis Alvarez como alcalde.

La solución podría estar, llegado este momento, en solicitar, por parte de la Gerencia, el auxilio técnico de profesionales que, hasta ahora, se han mantenido al margen. Este auxilio estaría pagado como una colaboración especial. Además, como no tendrían un poder de decisión sobre los temas, nadie intentaría ni tan siquiera influir sobre ellos.

Pero los técnicos de la Gerencia -funcionarios en su mayoría y, por tanto, no susceptibles de alejamiento de los problemas, a no ser que mediara un expediente disciplinario- no deberían quedar fuera de todo este juego. Por ello, Gerencia se reservaría el derecho a marcar las directrices primordiales de la actuación. Pero los encargados de desarrollarla -supeditados a la decisión superior del gerente serían personas que no estarían en contacto directo con quienes han detentado hasta ahora el poder urbanístico en la ciudad, aparte de la iniciativa privada.

El plan es amplio y ambicioso. El que se consiga o no llevar a buen puerto depende, en gran parte, de la oposición que puedan mostrar los funcionarios que actualmente ocupan cargos de responsabilidad dentro de la Gerencia. Pero, además, no nos hemos de olvidar de las competencias que ejerce sobre la ciudad de Madrid un ente dependiente de la Administración central, como es el Area Metropolitana.