Intensa actividad diplomática de Rumania sobre Oriente Próximo
El presidente rumano Nicolae Ceaucescu, ha afirmado al ministro de Asuntos Exteriores israelí, Moshe Dayan, en Bucarest, que está dispuesto a viajar a Israel antes del primero de mayo, si se firma la paz en Oriente Próximo. Esto es al menos lo que ha informado ayer el corresponsal del periódico de Jerusalén Yedioth Ajronot, que ha acompañado a Dayan a la capital rumana. Por su parte, Dayan ha manifestado ayer que su Gobierno espera una nueva iniciativa norteamericana para reanudar las conversaciones egipcio-israelíes.
Rumania es el único país del bloque socialista que mantiene su relaciones diplomáticas con Israel. Ceaucescu ha manifestado también a Dayan que Jerusalén debe flexibilizar su postura, ya que el presidente egipcio, Anuar el Sadat, no puede aceptar por tiempo indefinido el estancamiento actual de las negociaciones.Mientras el ministro israelí de Asuntos Exteriores, Moshe Dayan, se encuentra en Rumania, el ministro de Defensa, Ezer Weizman, se prepara para regresar a El Cairo. Por su parte, el primer ministro, Menahem Begin, recibió ayer al embajador de Estados Unidos, Samuel Lewis. Toda esta intensidad diplomática lleva a plantear si Jerusalén ha desencadenado una ofensiva política o si existen nuevas iniciativas con relación a Oriente Próximo.
Oficialmente se desmiente que sea así, y se mantiene un férreo silencio al respecto. En la presidencia del Consejo de Ministros afirman que la entrevista entre el primer ministro y el embajador americano es simplemente un I«encuentro de trabajo», de carácter «rutinario».
Por otro lado, en los medios cercanos al ministro de Defensa, se niegan a revelar cualquier cosa sobre lo que hay realmente detrás de las visitas de Weizman a El Cairo. Por su parte, Moshe Dayan desmiente en Bucarest que sus conversaciones en Rumania tengan que ver con las negociaciones egipcio-israelíes.
Sin embargo, a pesar de esta muralla de silencio, es posible sacar algunos indicios sobre lo que se trama en los pasillos de la diplomacia israelí.
En primer lugar, a pesar del malhumor manifestado por El Cairo a causa de lo que los egipcios califican de «obstinada intransigencia» de Israel, el presidente Anuar el Sadat no quiere dejar morir su iniciativa de paz. El que Sadat reciba a Weizman en el momento en que se encuentra reunida la Liga Arabe a nivel de ministros de Asuntos Exteriores es todo un indicio de ello.
En segundo lugar, aunque Begin mantiene sus posiciones y no se encuentra nada satisfecho de verse «cortocircuitado» por su ministro de Defensa (Sadat rechaza categóricamente un nuevo encuentro en la «cumbre » con Begin), no quiere ni puede permitirse el lujo de frenar a Weizman, ya que de hacerlo arriesgaría la ruptura con Egipto.
Por último, el presidente de Rumania, Nicolae Ceaucescu, que fue uno de los artífices del histórico encuentro Sadat-Begin en Jerusalén, intenta convencer a Dayan en Bucarest de que si el primer ministro de Israel no flexibiliza rápidamente sus posiciones, el presidente egipcio no podrá continuar indefinidamente una estéril negociación.
El presidente Sadat ha rehusado hasta ahora reactivar las conversaciones militares y políticas. En ciertos medios de Jerusalén afirman que Sadat aceptaría reanudar las conversaciones militares, cuando las tropas israelíes hayan abandonado el sur de Líbano.
Por su parte, Ezer Weizman insiste ante Begin que la evacuación de las fuerzas israelíes en la citada región comience en cuanto los «cascos azules» de la ONU hayan concluido su despliegue al sur del río Litani, cualquiera que sea la situación militar en la zona.
Para el ministro israelí de Defensa, lo esencial es la negociación con Egipto. Para otros miembros del Gobierno, lo más importante es implantar un definitivo cerrojo en el sur de Líbano.
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