Fraga y la libertad
El artículo firmado por el señor Fraga en EL PAIS del 24 de marzo me ha sugerido algunas reflexiones sobre sus disquisiciones en tomo a la libertad. Sostiene el autor que el tema es muy complejo y que el socialismo no se ha aclarado verdaderamente respecto de él. Sin que sea mi propósito alzarme en valedor del socialismo del PSOE, creo que AP ha clarificado todavía menos su sentido de la libertad, aunque es fácil de colegir a partir del entusiasmo que despierta en don Manuel Fraga la libertad en la Prusia de Federico el Grande, por la que un molinero podía pleitear contra el rey. Yo preguntaría al secretario general de AP si con su tremenda erudición podría indicarnos cuántos pleitos le ganaron a Federico de Prusia sus molineros, y si la libertad de ambos podía compararse en algo. Mucho me temo que la libertad que defiende el líder derechista es la que el capitalismo concede a los potentados, sin reparar en las escasas libertades efectivas de muchos trabajadores. Me recuerda una anécdota que expondré brevemente. Cuando hace pocos años tuve ocasión de pasar del Berlín occidental al oriental, un matrimonio adinerado dominicano que me acompañaba, a la vista del itinerario obligado de la excursión y al notar la falta de escaparates, rótulos luminosos y comercios lujosos, exclamó: «Esto me confirma lo que ya suponía: la falta de libertad que aquí existe.» Me quedó la duda de si la comparación la hacía con «sus» libertades o con las de sus conciudadanos, víctimas en su mayoría del hambre, de las enfermedades y del analfabetismo.
