Se prevén en Portugal importantes relevos militares
La presumible sustitución del actual jefe de Estado Mayor del Ejército de Tierra aumenta el ambiente de crisis en las más altas jerarquías de las Fuerzas Armadas portuguesas.El oficial superior que sería llamado a sustituir al general Rocha Vieira es el general Altino de Magalhaes, que fue comandante militar de las Azores. Considerado como conservador y ligado a los círculos de la alta jerarquía tradicional, el general Altino de Magalhaes gozaría de la confianza de los aliados atlánticos de Portugal y, particularmente, de los medios militares americanos.
La petición de dimisión del general Rocha Vieira, que sucedió al general Eanes a la cabeza del Estado Mayor del Ejército cuando este último fue elegido presidente de la República, es considerada como el epílogo de un conflicto con el actual gobernador militar.de Lisboa y miembro del Consejo de la Revolución, Vasco Lourenço.
Rocha Vieira, sometido a fuertes presiones de la derecha militar, ha sido el único consejero de la Revolución en oponerse a la promoción a comandante de Vasco Lourenço, que ostepta el grado de brigadier en sus funciones de gobernador militar de Lisboa, pero sigue siendo, para todos los demás efectos, capitán del Ejército de Tierra. Líder histórico indiscutido de los capitanes de abril, Vasco Lourenipo sigue gozando de un gran prestigio entre los oficiales subalternos, cada vez más preocupados por la vuelta al viejo estilo político y profesional en el seno de las Fuerzas Armadas. Es también el único miembro del Consejo de la Revolución que ocupa un puesto de mando considerado como clave, la región militar de Lisboa que cuenta con las más fuertes y mejor pertrechadas unidades del país.
De allí, los esfuerzos de la derecha civil y militar para convencer al general Eanes de sustituir a Vasco Lourenço por un oficial superior «jerárquicamente competente». El haberse dejado envolver en esta disputa significará ahora para el general Rocha Vieira la pérdida de su cargo de jefe de Estado Mayor. Tal solución no puede satisfacer a la derecha militar, a pesar del tanto que esta última se apuntaría con la designación de Altino de Magalhaes. Estos últimos medios parecen estar al origen del rumor que circulaba ayer en Lisboa acerca de la salida simultánea de Vasco Lourenço del mando de la región militar. Esta vez se habla, para sustituirle, del brigadier Franco Charais, otro miembro del Consejo de la Revolución, y también «revolucionario de abril», pero que tiene sobre Vasco Lourenço la ventaja de haber ascendido al generalato por el escalafón ortodoxo.
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