Laborioso trasvase del cianhídrico del tren accidentado en Tolosa
En medio de grandes medidas de seguridad comenzó ayer por la tarde la operación de trasvase de las 55 toneladas de ácido cianhídrico que contiene el vagón cisterna que descarriló en la madrugada del martes en la localidad guipuzcoana de Tolosa, a veinticinco kilómetros de San Sebastián. En el momento de redactar esta información, sólo se había producido un pequeño accidente, al resultar levemente intoxicado uno de los bomberos que colaboran en los trabajos y que fue urgentemente trasladado a una clínica de Tolosa.
Una psicosis de miedo, en unos casos, y de expectación y curiosidad, en otros, ha hecho que, por un lado, el 5% de la población haya abandonado la localidad y por otro, un gran número de personas hayan tratado de aproximarse al lugar que se encuentra acordonado, con el fin de ser espectadores de los trabajos que se realizan.La cisterna que contiene el ácido cianhídrico, líquido incoloro inflamable, explosivo y, sobre todo, altamente tóxico y venenoso, aun en cantidades insignificantes, quedó seriamente dañada por el accidente, pero no llegó a producirse ninguna fuga. De otro modo, Tolosa hubiera conocido tal vez un enorme drama con nubes de gas tóxico encendiéndose sobre la ciudad, lo que hubiese producido indudablemente numerosas víctimas.
En previsión de lo que pueda suceder se encuentran situadas en las inmediaciones numerosas ambulancias de la Cruz Roja y de Dya (Defensa y Ayuda), tres retenes de bomberos, fuerzas de la Guardia Civil y un cuadro médico completo. También se han preparado de forma especial las clínicas de Tolosa y camiones con cuarenta toneladas de sosa, única sustancia que puede neutralizar el ácido cianhídrico, permanecen constantemente en el lugar. Por otra parte, los conductores del parque de camiones del Ejército en la zona se encuentran alertados.
El tráfico, interrumpido hasta el fin de semana
Desde el momento en que se produjo el accidente fue interrumpido totalmente el tráfico ferroviario, situación que es posible se alargue hasta el domingo, por lo que Renfe ha establecido servicios de autobuses especiales para cubrir el recorrido afectado por el accidente.A las pocas horas de producirse el siniestro, Renfe distribuyó a la prensa un comunicado en el que da cuenta de los hechos, afirma que no hay peligro de explosión y señala que el transporte reunía todas las condiciones sobre seguridad que marca la vigente legislación internacional, «por lo que su paso por ciudades y núcleos habitados está plenamente autorizado».
Es de destacar que los maquinistas del tren siniestrado no sabían que trasladaban un líquido tan peligroso. Sólo se enteraron cuando, una vez ocurrido el accidente, miraron las guías de carga.
Los técnicos especialistas que se han desplazado al lugar del suceso han manifestado que las medidas de seguridad adoptadas hacen prácticamente imposible el fracaso de la operación, que se realizará en tres fases. Será necesario invertir de cinco a seis horas, en una primera maniobra, para realizar el trasvase a otra cisterna del 60% del ácido del vagón siniestrado, ya que es imposible la extracción del resto del líquido, por la posición en que se encuentran las válvulas.
Una segunda etapa, la más peligrosa, se realizará hoy, y consiste en tratar de poner en posición normal la cisterna que contiene el ácido tóxico y que, tras el accidente, se encuentra atravesada en la vía, con una inclinación de 110 grados.
Por último, una vez que la cisterna haya recuperado su posición normal, se procederá a trasvasar el resto del ácido cianhídrico, con lo que la operación se daría por finalizada.
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