También esta semana
A los dos meses apenas, de su inauguración, el Centro Cultural, de Princesa, 47, se ve obligado, muy a su pesar, a suspender o liquidar inapelablemente su incipiente actividad pública y gratuita. Así lo declaró la pasada semana, su directora, Juana Mordó, con motivo de la presentación de la obra de Salvador Espríu titulada Libro de Sinera e ilustrada por seis conocidos grabadores. A la vista de su escaso rendimiento económico, Edificadora Española, propietaria del local e hipotética colaboradora al 50 %, ha decidido echar el cerrojazo con carácter definitivo o a la espera de una más favorable coyuntura. «No basta la sustancia -sentenciaremos con el clásico-, requiérese también la circunstancia.»Del libro de Salvador Espríti diré que, al lado de su incuestionable calidad poética, entraña toda una novedad plástica en el ámbito editorial. Concebido a manera de triptico, se abren sus páginas del mismo modo que se abrían las griselas de las pinturas flamenco-holandesas, descubriendo en el centro la correspondiente ilustración. En la página de la izquierda se imprime el texto catalán, y el castellano, en la de la derecha. Los seis momentos en que el libro se desglosa dan paso a otros tantos grabados, sucesivamente debidos a Andreu Fresquet, Borja de Pedro, Carbó Berthold, Glauco Capozzoli, Hernández Pijoan y Jorge Castillo. En el acto de la presentación corno la triple exégesis (poética, editorial y plástica) a cargo, respectivamente, de José Batlló, Borja de Pedro y quien estas líneas escribe.
En la Fundació Joan Miró acaba de inaugurarse una exposición deseada, entre las deseadas, por los amantes y estudiosos del movimiento moderno: el mundo de Bauhaus. Y digo el mundo porque la muestra abarca la asombrosa pluriactividad que, a punto de concluir la segunda década del siglo, llevaron a cabo, en el aula Weimar, Gropius y sus huestes (nada menos que los Kandinsky, Klee, Meyer, Fe¡ninger, Schlenmer, Moholy-Nagy ... ). La exposición, presentada por la encomiable institución barcelonesa en colaboración con el Instituto Alemán de Madrid, abarca aspectos generales de la arquitectura, el diseño, escultura, pintura, obra gráfica y enseñanza artística. Se adorna y cornplementa con fotomontajes, objetos, reproducciones de obras, vídeo, películas, multivisión y exposición de libros. En los locales de la Fundació se desarrollará, con tal motivo, un seminario dirigido por el profesor Detlef Noack, y tendrá lugar un ciclo de conferencias en torno al Bauhaus.
Siguiendo su certera e intermitente política expositiva en torno a aspectos directamente relacionados con la tradición, vieja y nueva, del libro, la Biblioteca Nacional (paseo de Calvo Sotelo, 20) va a ofrecernos una colección de cien grabados de los que es autora Irene Iribarren. Igualmente sabemos que la Biblioteca Nacional prepara una gran exposición antológica de la obra gráfica de Goya, acompañada de un bien nutrido catálogo con notas críticas y exegéticas. Agradecemos y aplaudimos la animosa actividad de nuestro primer centro bibliográfico (la no lejana exposición de la Colección Tériade es un buen ejemplo) en lo tocante a una tan relevante faceta artística que otras entidades oficiales, más directamente vinculadas al género, no aciertan a desplegar.
De entre las exposiciones individuales merece destacarse la que por estos días cuelga en las salas del Centro Iberoamericano de Cooperación (avenida de los Reyes Católicos, 4) el pintor peruano Fernando de Szyszlo. Cabe encuadrar el arte de Szyszlo en la misma línea renovadora que hoy representan José Luis Cuevas, Antúnez, Borges, Mabe, Abularach y Obregón, en México, respectivamente, Chile, Venezuela, Brasil, Guatemala y Colombia. Digno igualmente de tenerse en cuenta me parece el dato de que sea Szyszlo uno de los pintores latinoamericanos cuya obra y semblanza biográfica se recogen en la obra de Michel Ragon y Michel Seuplior, titulada El arte abstracto, la más extensa (cuatro tomos) y documentada, posiblemente, de cuantas se hayan editado sobre el tema.
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