El Rey ha invitado al presidente Tito para que visite España

El ministro español de Asuntos Exteriores entregó ayer al Gobierno yugoslavo una invitación del rey Juan Carlos al mariscal Tito, para que el jefe de Estado de Yugoslavia visite España en el curso de los próximos meses. En algunos medios políticos locales se estima que Tito puede trasladarse a Madrid a fines de este año. Aunque ni el ministro ni sus colaboradores se han mostrado muy explícitos acerca de las conversaciones políticas de Oreja en Belgrado, este diario ha podido saber que el interés de Madrid se ha centrado, en forma muy especial, en el problema planteado por la OUA en torno a las islas Canarias. El señor Oreja regresa hoy a Madrid.

La improvisada visita a Yugoslavia del jefe de la diplomacia española concluyó ayer con una serie de conversaciones del ministro con su colega yugoslavo de Asuntos Exteriores, señor Milos Minic. En el almuerzo oficial ofrecido por Minic, el señor Oreja hizo, a la hora de los brindis, una declaración muy interesante para Yugoslavia sobre la situación en el Mediterráneo.«Hay que contemplar esa situación con realismo -dijo- Seguimos creyendo que la concertación de los países ribereños ( ... ) es la única base realista para llegar primero a una limitación, y, más adelante, a una reducción de los niveles de confrontación militar, y quizá, incluso -añadió-, a un régimen especial de zona pacifica. Entendemos que Yugoslavia -subrayó- mantiene una posición no muy alejada de la nuestra.»

Por su parte, el señor Minic manifestó su convencimiento «de que todos los países del Mediterráneo deben, con esfuerzos conjuntos y nuevas formas de colaboración, llevar a cabo acciones para aminorar la tensión en esa región».

Ambos conceptos responden positivamente a un proyecto yugoslavo bastante avanzado de atraer a España hacia un acuerdo de «neutralidad moderada» en el Mediterráneo, que podría incluir también a Grecia, Turquía y Chipre, y que no excluiría, en principio, sus obligaciones militares con Estados Unidos o con la OTAN.

La OUA

Según los expertos, este proyecto aparecería ligado, naturalmente, con los conflictos que en este momento se registran en el norte de Africa. El acercamiento de Madrid a Belgrado fortalecería la posición internacional de Yugoslavia en el deteriorado ámbito de los países no alineados, y le proporcionaría, además, al régimen yugoslavo mayores seguridades internas de cara a la sucesión de Tito. A cambio, Yugoslavia podría mediar ahora ante la OUA (Organización para la Unidad Africana) en relación con su política antiespañola sobre las Canarias. Según se ha indicado a este periódico en fuentes muy solventes, Tito estaría dispuesto a conversar con el coronel Bumedian sobre el asunto. La invitación hecha al mariscal para que viaje a España cobra así todo su significado.

En una reunión con los periodistas, el señor Oreja dijo que no se ha planteado la posibilidad de una «escala técnica» de Tito en Madrid. «Si eso se ha hecho por conductos secundarios -explicó-, a mí nunca me ha llegado.»

Oreja también expresó que «Suárez desea venir a Yugoslavia en los próximos meses». En cambio, el Rey -expresó- no podrá hacerlo por lo menos hasta el año que viene.

El señor Oreja ha dedicado también parte de sus conversaciones con Minic al espinoso tema del ingreso de España en la OTAN, perspectiva que Belgrado, aún sin rechazarla frontalmente, observa con recelo. En ese sentido, Oreja se ha limitado a reiterar su conocida posición de sujeción al consenso nacional.

« La incorporación de España a la OTAN -insistió- deberá ser objeto de un amplio debate en las Cámaras, y aún no se ha fijado el momento en que se efectuará ese debate.»

Suspensión de visados entre España y Yugoslavia

La Oficina de Información Diplomática informó ayer que los ministros de Asuntos Exteriores de España y Yugoslavia procedieron ayer en Belgrado a un canje de notas constitutivo de acuerdo, por el que se suprimen los visados entre ambos países para viajes de duración inferior a tres meses.

Este convenio habrá de entrar en vigor el próximo 1 de abril, y podrá ser denunciado, por vía diplomática, con una anticipación de tres meses.