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Voluntad de acercamiento entre Belgrado y Madrid

Desde el restablecimiento de las relaciones diplomáticas con Yugoslavia, en enero del año pasado, ha habido una voluntad de acercamiento entre Belgrado y Madrid, concretada en la visita a España el pasado mes de diciembre del ministro de Asuntos Exteriores yugoslavo, Milos Minic, en la realizada en febrero por el presidente de la Cámara Federal de Economía, y en el actual viaje del ministro de Asuntos Exteriores español, Marcelino Oreja, a Yugoslavia.La estancia del ministro yugoslavo en Madrid terminó con la firma de un comunicado conjunto en el que ambos países calificaban de «fructíferas» las entrevistas mantenidas. En el transcurso de estas entrevistas se trataron, entre otros temas, la situación política del Mediterráneo y la cooperación económica internacional entre ambos países.

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La relaciones económicas entre ambos países han experimentado un continuo incremento desde su inicio en 1958. La reciente visita a España, el pasado 14 de febrero, del presidente de la Cámara Federal de Economía yugoslava, llija Vakic, vino a confirmar el deseo que el nivel de intercambios comerciales se vea aumentado. Yugoslavia es, junto con Hungría, uno de los países del Este de Europa con los que tradicionalmente mantenemos un saldo favorable en nuestro comercio.

Yugoslavia es una República socialista desde el final de la segunda guerra mundial, cuando después de una cruenta lucha de los partisanos durante la ocupación alemana, la Monarquía fue abolida. El mariscal Tito, líder del país desde entonces, rechazó la hegemonia de la Unión Soviética, creando un modelo particular de socialismo. Tito fue proclamado por la Asamblea Federal presidente vitalicio, con poderes ilimitados en 1974.

En 1948 Yugoslavia fue expulsada del Kominform, a causa de haber tomado una línea de acercamiento hacia los países occidentales, sin embargo, su política exterior es radicalmente independiente; el país es autogestionario en cuanto a la política social y económica.

Aunque las relaciones con la URSS se normalizaron después de la muerte de Stalin, ha habido períodos de tensión entre los dos países.

Resalta en Yugoslavia la convivencia de poblaciones de varias configuraciones étnicas, lingüísticas y religiosas. Se explica así, que Yugoslavia sea una federación. El presidente Tito ha dirigido su política interior hacia el traslado de los poderes de dicha federación a la clase obrera, quienes controlarían la industria.

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