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Cien mil asturianos, contra el posible desmantelamiento de Ensidesa

La suspensión inmediata del plan de desmantelamiento de Ensidesa, el rechazo de los planes siderúrgicos en ciernes, la nacionalización de toda la siderurgia integral, la instalación de industria transformadora en Asturias, el control democrático de la riqueza productiva de la región y la aprobación inmediata del estatuto de preautonomía asturiana, son la síntesis del largo documento conjunto firmado por los partidos políticos y las centrales sindicales convocantes de la manifestación, leído al término de la misma en la plaza del Ayuntamiento de Avilés.La manifestación, iniciada a mediodía del domingo, recorrió durante una hora las principales calles de Avilés, lo que produjo un verdadero colapso en la tercera ciudad asturiana. El tiempo soleado contribuyó a que las previsiones de afluencia de público superasen ampliamente la cifra de 60.000 personas previstas por los grupos organizadores.

El comunicado conjunto firmado por los partidos, denuncia la «gravísima situación por la que atraviesa la economía regional de Asturias» e incide repetidamente en el hecho de que a Asturias se le ha condenado al papel de productora de materias primas y productos semielaborados como el carbón y el acero, convirtiéndola así en la verdadera criada del gran patrón privado, que no es otro que la industria transformadora de los productos siderometalúrgicos de la que Asturias carece.

Representantes asturianos de partidos políticos y centrales sindicales, así como miembros del comité de empresa de Ensidesa (empresa que con casi 26.000 trabajadores ocupa la quinta plaza entre las de mayor plantilla) reconocieron que el término desmantelamiento no se ajusta enteramente a la realidad, ya que se refiere a algunas de las propuestas filtradas del «Plan de Siderurgia Integral» preparada recientemente por el Ministerio de Industria.

Según este plan (del que el INI ha desmentido categóricamente que vaya a ponerse en práctica) se cerrarían las instalaciones de Ensidesa en Mieres, La Felguera y Moreda, al igual que el tren comercial de la factoría de Veriña, la programación del tren Steckel de Avilés, el de palanquilla de Veriña y el de chapa gruesa de Avilés. Igualmente prevé la regulación de la plantilla en 1.380 trabajadores en el curso de los dos próximos años.

Los mismos representantes denunciaron el incumplimiento del plan de inversiones para Ensidesa 1974/1980, que iba a suponer la cifra añadida de 40.000 millones de pesetas y que se está llevando a cabo sólo parcialmente. Según estos, el incumplimiento de los planes de inversiones y las amenazas contra Ensidesa (considerada el pilar básico de todo el entramado económico de la región Asturiana) son la continuación de la política del régimen anterior de represión contra Asturias, que, según dice el documento de los partidos, ha pasado de estar a la cabeza del desarrollo del país, para situarse en el furgón de cola de las regiones industrializadas de España.

En esta guerra, en la que los políticos y sindicalistas asturianos acusan por una parte a la política económica del Gobierno en materia siderúrgica y al capital privado asturiano, al que califican de reaccionario al no haber invertido en industrias transformadoras, el INI salva la cara proclamando, en una nota oficial, que el organismo ha invertido 184.000 millones de pesetas (25% del total de la inversión) y creado 53.000 puestos de trabajo.

Con todo, Santiago Carrillo, cuya presencia en la manifestación (oficialmente en sustitución de la diputada por Asturias, Dolores Ibárruri) fue contestada por el PSOE, que estimó que la presencia del secretario general del PCE capitalizaba para su partido el éxito de la movilización popular, puso la nota optimista en el actual panorama económico asturiano. En declaraciones a los periodistas asturianos aseguró que Suárez le había garantizado en la última entrevista que no habría desmantelamiento de Ensidesa.

La anécdota estuvo en que, preguntado Carrillo sobre el porqué de la movilización popular si había garantías serias del presidente, éste contestó: Porque Suárez no es Dios y en todo caso nunca está de más contrastar la fuerza que tiene cada quién.

Todo ello con la preautonomía asturiana como telón de fondo, porque según los partidos, los sindicatos y los movimientos ciudadanos asturianos, «la solución al problema de la minería y de la siderurgia asturiana y la del resto de los sectores de la economía regional pasan necesariamente por la instauración del estatuto de preautonomía de Asturias».

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