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Preparativos en la Liga Comunista yugoslava para la transición

Los documentos preparatorios del undécimo congreso de la Liga de los Comunistas Yugoslavos (LCY), que tendrá lugar en junio de este año, anuncian una revisión de los estatutos del partido tendente a agilizar su capacidad de decisión y acrecentar su representatividad en el delicado período que atravesará Yugoslavia tras el fallecimiento del presidente Títo, de 85 años de edad.

El último número del influyente semanario político Nin revela que por iniciativa del propio presidente Tito, el comité ejecutivo de la Liga será suprimido, y la Presidencia, principal órgano directivo, si se exceptúa al congreso, contará a partir de junio con sólo veinticuatro miembros en lugar de los 48 que la componen en la actualidad.Esta reducción numérica del aparato dirigente, con la que se pretende incrementar su eficacia, será acompañada por una ligera atenuación del sistema de centralismo democrático que regenta el funcionamiento interno de la ley. Según informó el martes, en el curso de una conferencia de prensa, Stane Dolanc, actual secretario del comité ejecutivo, el próximo congreso aprobará probablemente una enmienda que permita a cada miembro del partido «adoptar posturas disconformes con la mayoría, siempre y cuando acepte, en última instancia, ejecutar sus decisiones». El militante, añadió Dolanc, «podrá seguir defendiendo su postura pero sólo dentro del partido».

Lejos de suscitar disensiones en el seno de la Liga, los dirigentes de Belgrado creen que la pequeña tergiversación del dogma leninista contribuirá a ensanchar la base social del partido, convirtiéndole en un factor de homogeneización de la sociedad yugoslava, de cara a las potencias que pudiesen dejarse tentar por provocar su división, intentando agudizar las rivalidades nacionales siempre latentes en la República federal.

El ejemplo de la región de Macedonia, reivindicada por Bulgaria con el apoyo tácito de la Unión Soviética, es, a este respecto, lo suficientemente elocuente del peligro que amenaza a Yugoslavia.

Por último, los textos preparativos del congreso insisten, como es costumbre en Yugoslavia desde 1948, sobre el «respeto de los principios de autonomía e igualdad entre los partidos». El mismo Dolanc comentó durante su conferencia que «la tendencia consistente en institucionalizar las relaciones en el seno del movimiento obrero ( ... ) es históricamente inoportuna y nefasta».

El heredero de Tito

El papel fundamental desempeñado por Stane Dolanc en la preparación de la reforma le sitúa, una vez más, a la cabeza de los candidatos para la sucesión de Tito. Por de pronto, tras la desaparición del comité ejecutivo, Dolanc ascenderá al puesto clave de primer secretario de la futura Presidencia de la Liga. A más largo plazo, tanto su estrecha vinculación con el ejército, elemento decisivo para garantizar la independencia yugoslava, como su origen esloveno, que le permitirá arbitrar entre croatas y servios, contribuyen a designarle como heredero del mariscal.

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