Resistencia de los sindicatos italianos a un pacto social

El primer ministro, Giulio Andreotti, encargado de formar Gobierno, recibió ayer un documento de la Confederación de Sindicatos Italianos en el que anticipan sus objeciones al borrador de programa económico gubernamental que presentarán oficial y personalmente mañana sábado.

Las centrales sindicales se oponen a una programación económica «triangular» que comprometa a Gobierno, empresarios y sindicatos. Se oponen prácticamente a lo que «pacto social» ha significado en otros países europeos. A los sindicatos tampoco les gusta que los aumentos de sueldo se hagan exclusivamente siguiendo criterios de antigüedad y mérito. Critican, además, que el Gobierno pretenda recoger los tres billones de liras (más de 30.000 millones de pesetas) que necesita para equilibrar el balance, aumentando los impuestos, y consideran excesivo que recoja otros mil millones con el aumento de las tarifas de los servicios públicos.

El líder sindical comunista de la CGIL, Luciano Lama, dijo ayer que también «el capital debe estar sujeto a normas y no sólo a la del miope e inmediato y rápido beneficio.

Por su parte, el ministro de Industria en funciones, Carlo Donat-Cattin, afirma que en la discusión de Andreotti con los expertos en economía de los partidos se está discutiendo de administración y contabilidad más que de política económica.

El lunes se reunirán los grupos parlamentarios democristianos y el miércoles se verá la dirección que tendrá que seguirse sobre cómo y hasta cuándo colaborar con los comunistas sin necesidad de cuadrar el círculo.