Los empresarios de salas de bingo insisten en la honestidad de su gestión
La Asociación Española de Salas de Bingo Autorizadas (AESBA) convocó el viernes pasado, por la tarde, una rueda de prensa con el fin de explicar a los representantes de los medios informativos su total y absoluta honestidad en la gestión de los bingos de Madrid, donde el Gobierno Civil ha cerrado 49 de las 67 salas autorizadas para este juego, y del resto de España, en varias de cuyas provincias se esperan medidas similares.Los empresarios de salas de bingo aseguraron en la rueda de prensa que «el Reglamento Provisional que regula el juego es totalmente incorrecto y se presta a varias interpretaciones que suponen errores a la hora de su aplicación». Como ejemplo de lo que decía, el presidente de AESBA, Jordi Arqué, afirmó que «a veces es necesario no cumplir el Reglamento, si queremos sobrevivir».
Una de las causas aducidas por el Gobierno Civil de Madrid para el cierre por tres meses de las salas de bingo -además de una multa de medio millón de pesetas- es la de que fueron vendidos cartones pertenecientes a una serie en juegos sucesivos, lo que, según la interpretación dada por el Gobierno Civil al Reglamento, es ilegal. Los empresarios de salas de bingo aseguraron, en la rueda, que «aparte de que el artículo 27 considera como graves unas simples faltas técnicas», la devolución de los cartones al Ministerio de Hacienda puede suponer una gran tardanza en volver a ver el dinero que haya sido ingresado en el erario público.
Con respecto precisamente a los cartones impresos por la Fábrica Nacional de Moneda y Timbre, los directivos de la AESBA acusaron a Hacienda de entregar cartones de menos de los que las salas de bingo compraban para realizar el juego. «Ha habido casos, dijeron, de paquetes que han llegado a nuestras manos con veintitrés cartones de menos.» El Ministerio de Hacienda facilita a las salas autorizadas para organizar partidas de bingo los cartones necesarios para ello, según se informó en la rueda de prensa. Los cartones llegan a las salas en paquetes de doscientos o trescientos, incluidos en cajas precintadas que contienen 16.000 cartones. «Es muy difícil -dijeron los directivos de AESBA- el poder contar los cartones cuando llegan a nuestras manos en ésas cantidades.»
Las soluciones, según esta asociación, estarían en la utilización de series de doce mil cartones que Hacienda autorizara a ser impresos en varias imprentas; «con lo que se produciría un considerable ahorro». De todas maneras, se insistió en que es absolutamente imprescindible la celebración de una reunión entre los empresarios de bingo y la Comisión Nacional del Juego, «para aclarar todos esos puntos oscuros».
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