Javier Tusell replica
En respuesta a la carta publicada por don Mariano Albalá, que, a su vez, hace referencia al artículo publicado por el que suscribe, quisiera que se dignara publicar las siguientes puntualizaciones:1) Los argumentos de los comunistas para identificar al fascismo con la democracia no se sostienen. De acuerdo con ellos resultaría, por ejemplo, que el cardenal Segura fue un demócrata, cosa que no estoy dispuesto, como historiador, a aceptar.
El PCE no defendió la república democrática sino que pretendió apoderarse de ella (o, por lo menos, eso es lo que pensaron los socialistas y anarquistas de la época) Andréu Nin no murió precisamente de un ataque de tos.
2) No todos los partidos españoles se basan en el centralismo democrático: ahí está el PSOE, por ejemplo. En cuanto a UCD, en realidad no existirá como partido sino después de celebrar un congreso democrático. Hasta después de esas fechas nuestra organización interna no es democrática, pero llevamos tan sólo unos meses de existencia; en cambio el PCE lleva sesenta años sin tenerla.
3) Los acuerdos de la Moncloa son un instrumento para la consolidación democrática. No lo es, en cambio, una interpretación abusiva de los mismos: hay que ceñirse al texto, no al «espíritu» que, interpretado por los comunistas, supondría una especie de Gobierno de concentración, inaceptable, de acuerdo con los resultados electorales.
4) No entro en cuestiones demasiado concretas, pero a título de ejemplo, si hay que condenar a Chile por su falta de respeto a los derechos humanos, algo igual habría que hacer, en el mismo continente, con Cuba.
¡Ah!, yo no agaché la cabeza cuando en este país había una dictadura. Incluso alguna vez me dieron en ella.
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