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Partidos vascos reducen sus diferencias sobre la violencia

El PSOE y el PCE, al hacer ayer una alusión directa a la «violencia institucional que el Gobierno de UCD ejerce sobre Euskadi», como uno de los problemas para conseguir la pacificación del País Vasco, han conseguido acercarse a aquellos partidos situados a su izquierda, que durante toda la semana criticaron duramente a comunistas y socialistas por el documento que presentaron el lunes, día 30 de enero, a dieciocho partidos políticos y cuatro, centrales sindicales, y en el que se enjuiciaba duramente a la lucha armada protagonizada por ETA militar.

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En la segunda reunión, celebrada anteayer en San Sebastián por varios partidos con la intención de unificar criterios para la erradicación definitiva de la violencia en Euskadi, se constataron significativas ausencias, ya reseñadas en este periódico, sin embargo el nuevo planteamiento dado al tema de la violencia por los partidos convocantes de estas reuniones (PSOE, PCE, CCOO y UGT) puede hacer que a la nueva concentración, que tendrá lugar el próximo lunes, en Bilbao, acudan partidos que negaron su presencia en la reunión de anteayer.De momento, parece bastante improbable que del análisis de la violencia que están haciendo los partidos surja un documento conjunto, puesto que existen grandes y, en algún caso insalvables, diferencias a la hora de enjuiciar el tema. Las diferencias responden perfectamente a las ideologías y estrategias de los distintos partidos que están llevando estas conversaciones.

No obstante, hay una propuesta que podría prosperar, y es la formulada por el secretario general del Partido Comunista de Euskadi (PCE), Roberto Lerchundi, el cual estimó, en la reunión del lunes, como una de las posibles vías para un acuerdo, el nombramiento de una comisión que se entreviste con el Gobierno para hacerle ver su responsabilidad en el tema de la violencia que se ejerce en Euskadi, y otra con ETA militar, para que abandone la lucha armada y se incorpore a la vida política civil y pacífica de Euskadi. Dentro del planteamiento que tendría esta comisión no estaría, en ningún momento, el de hacer de intermediaria entre ETA y el Gobierno.

En el contacto con ETA parece que no habría dificultades, ya que únicamente trataría de pedir a esta organización que deponga las armas. Sin embargo, a la hora de pedir al Gobierno que «cese en la violencia contra Euskadi» podría haber graves discrepancias, ya que cada partido entiende, lógicamente, la llamada violencia institucional de una forma distinta.

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