CSUT mantiene en solitario la convocatoria de huelga en Correos

La CSUT mantiene la convocatoria de huelga general en Correos a partir de hoy, como protesta ante lo que esta central califica de «mínimas ofertas» de la Administración respecto a la reestructuración del sector y a la respuesta de la misma de que no habrá dinero para satisfacer el aspecto económico de tal reestructuración hasta el próximo año.

Esta convocatoria, a la que se oponen los demás sindicatos presentes en Correos -aunque con la salvedad de reconocer el derecho a la huelga-, ha sido calificada por las centrales y por el director general de Correos y Telecomunicaciones, Alejandro Rebollo, como «maniobra electoralista por parte de la CSUT».En la tarde de ayer se celebró una asamblea en la cartería central de Madrid, en la que, antes de que la CSUT expusieron su postura con relación a la huelga, los demás sindicatos se mostraron contrarios a la misma por considerarla inoportuna, y reconocieron que la dirección general «estaba haciendo lo que podía» por sacar adelante las reivindicaciones de los funcionarios de Correos.

En este sentido, hay que señalar que desde la llegada a la dirección general del señor Rebollo, el diálogo entre el estamento directivo y los representantes sindicales ha sido constante. Según explicó a EL PAIS el señor Rebollo, es posible que, como señala la CSUT, no puedan ser atendidas todas las reivindicaciones económicas en el presente año por estar ya aprobados los Presupuestos del Estado, de los cuales ha de salir el dinero necesario para hacer frente a las mismas, «pero sí será posible en este año culminar la reclasificación de los niveles retributivos del personal», además de completar la reestructuración del cuerpo.

Por otra parte, CCOO y UGT han respondido favorablemente a la propuesta de que los trabajadores de la delegación de Barcelona para hacer horas extraordinarias con el fin de liquidar los efectos postales almacenados en la estación marítima de Barcelona desde hace meses. A este acuerdo se ha opuesto la CSUT manifestando que las centrales no pueden tomar decisiones, sino que debe hacerse un referéndum entre el personal antes de tomar una decisión.