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Giscard inició su campaña electoral con duros ataques a la izquierda

Ante unas 20.000 personas, que aplaudieron oportunamente en varios momentos culminantes de su primer gran discurso electoral, el presidente de la República Francesa, Valery Giscard d'Estaing, les explicó a sus conciudadanos cuál será el «voto bueno» en los comicios legislativos de marzo próximo. El presidente aseguró que los franceses son libres para emitir su sufragio, pero durante 45 minutos les demostró el carácter «peligroso y demagógico» del programa de la oposición de izquierdas.En un clima recalentado por la propaganda que precedió al discurso del bon choix (buena elección), en el pueblecito de Verdun-sur-le-Dubs (Saona y Loira), el señor Giscard d'Estaing hizo recordar el tono grave, dramático, de los tiempos ya idos del general Charles de Gaulle.

Con su diatriba radical contra la oposición y la «Francia colectivista» que implica su «programa común», su llamamiento a la unión de los franceses en torno a su persona, las tres citas históricas del «hombre del 18 de junio» -destinadas a colocarse por encima de los partidos y a robarle electorado a su hermano enemigo, el líder gaullista Jacques Chirac- y la advertencia solemne (fue uno de los puntos más importantes del discurso), según la cual «yo no tengo los medios para impedir la aplicación del programa de la oposición», aunque seguirá siendo presidente en el caso de victoria de la izquierda, Giscard parece querer colocar a los franceses al borde del «yo o el caos» amenazante del general De Gaulle en los momentos que, en su opinión, eran históricos para la nación.

El presidente explicó los cuatro puntos que, a su modo de ver, resumen el «buen sentido» que debe incitar a los franceses a votar por la derecha en los comicios del mes de marzo:

1. Hay que enderezar la economía: Giscard criticó a la oposición afirmando que su programa económico equivaldrá a que «Francia se ahogue»; por el contrario, expuso un balance óptimo de su gestión desde que fue elegido para la magistratura suprema en 1974.

2. Hay que poder gobernar: las tiranteces de la mayoría son normales, aseguró. Inversamente, si comunistas y socialistas no se entienden antes de llegar al poder, «¿cómo podrían gobernar juntos?».

3. Unidad, justicia y libertad: una vez más, el jefe del Estado descalificó a la oposición y se presentó como el paladín del progreso en estos tres dominios.

4. En última Instancia, tras haber recordado que el programa de la mayoría preconiza la «propiedad individual y no la colectiva», se refirió al «papel de Francia en el extranjero», que, en su opinión, no ha dejado de subir los últimos tres años y que desmerecería hasta «la risa» en caso de victoria de la izquierda.

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